¿Por qué participar en Política?
“Dejar de quejarse y esperar; abandonar el cómodo lugar del diagnóstico de mesa de café, de críticos espectadores de lo que nos hacen los políticos, enterrar la idea paralizante de destino y hacer una reflexión introspectiva sincera, acerca de lo que nosotros mismos hacemos o dejamos negligentemente de hacer respecto de nuestras obligaciones políticas como ciudadanos.”
Aquellas cosas que más nos desgastan tienen que ver con esta conducta por la cual los problemas políticos, económicos y sociales, entre otros el de la exclusión, tienen un espacio de deliberación y análisis centrado en el diagnóstico. Un tema que a los argentinos nos apasiona, porque sabemos de todo, pero cuando nos piden algo de todo eso, traducido en una acción de contribución a lo público, nos abstenemos, justificándonos con varios motivos.
Debemos sincerar nuestra actitud cambiando el eje de la conversación.
El tema de nuestras charlas cotidianas no puede ser en reclamo, en queja de lo que nos hacen “ellos”, que no son otros que los que elegimos.
Emergen, así, dos dimensiones: la de los que hacen, que aparentemente está muy mal, y la dimensión de los que omitimos hacer, porque entendemos que “eso” no es para nosotros.
La Constitución Nacional es nuestro pacto social:
Hay un cisma entre lo privado y lo público, y por esa fisura se cae el país.
Allí hemos resuelto no sólo una identidad emocional, sino un compromiso de desplegar la ava parte de la Argentina que somos. Si uno no sostiene su parte, rompe el contrato. No podemos tener la negligencia de reducir todo el proyecto de República al mero hecho de votar cada 4 años, por ejemplo.
Cuando uno cede los espacios públicos bajo el supuesto de que a lo público van los que no tienen nada para perder o los que llegan para quedarse con lo de los demás, habilita por omisión, por repliegue, que ese espacio sea tomado por lo peor.
Los espacios y el poder no se reparten, se ocupan.
Por lo tanto, hay que reivindicar y ponerles optimismo y esperanza a las palabras POLÍTICA y PODER.
La política no sólo es buena, es imprescindible !!!!Por lo tanto, hay que reivindicar y ponerles optimismo y esperanza a las palabras POLÍTICA y PODER.
Hay un cisma entre lo privado y lo público, y por esa fisura se cae el país.
En lo privado somos buenos y nos va bien, somos reconocidos internacionalmente. Dispongamos de lo privado para lograr el bien común de lo público.
Hoy, no hay ninguna conversación política en términos de debatir ideas, propuestas, de compartir la utopía y la visión.
Lo que tenemos, lo único que podemos discutir, son personas.
Lo que tenemos, lo único que podemos discutir, son personas.
El sistema político está vacío, no de gente, sino de contenidos, de ideas, de su esencia.
Es tiempo de que los ciudadanos cumplamos con lo que la Constitución nos impone como obligación:
El derecho es votar; la obligación, sostener el voto !!!
El derecho es votar; la obligación, sostener el voto !!!
Los proyectos, las visiones y los sueños son gestiones políticas, pues articulamos algo que queremos que suceda con el camino a recorrer para que pase.
Si uno sabe que nada va a lograr sin una política en lo privado y personal, cómo vamos a tener un país sin una política para el País?Tenemos que sincerarnos. No digamos que somos ciudadanos si somos habitantes.
Qué es lo que viene?
Nuevas categorías conceptuales, que nos permitirán la restitución del espíritu cívico y auguran una Argentina que vamos a poder hacer, en la medida en que dejemos de quejarnos y lamentarnos y pongamos la energía, el compromiso y la acción que se requiere.
No caigamos en el atajo superfluo de creer que la Sociedad Civil, las religiones, las ONG, van a arreglar el país. Esa es una trampa por la cual se establece que no va a cambiar nada.
Nosotros, aislados como Sociedad Civil, escindidos de la gestión pública, hacemos en una escala que no puede tener impacto.El hambre en el país no se arregla con comedores, se arregla con políticas de Estado.
Nuestro pacto como ciudadanos, escrito en la Constitución es democracia y república.
Tenemos democracia pero no tenemos república: el Parlamento que no legisla porque no delibera, el Poder Judicial está tomado por asalto en el Concejo de la Magistratura y el Poder Ejecutivo, cual unicato, subordina los otros poderes a su merced; entonces, tenemos que comprometernos a recuperar la República.
La República perdida, empieza en el lugar donde la abandonamos.
Estar juntos no es estar unidos.
Estamos juntos en un territorio nacional, por eso somos habitantes; si fuéramos ciudadanos estaríamos unidos en causas que nos vinculan en acciones más allá del territorio.
La Argentina se debate entre un modelo populista y uno republicano.
El populismo no quiere individuos, quiere masa, y a la masa se le pide adhesión. Para que haya adhesión tiene que haber liderazgos carismáticos, fuertes, unipersonales y hegemónicos.
El modelo republicano le pide al individuo que sea responsable, que responda qué va a hacer él, para luego encontrarse con los demás. En lugar de masa, hay comunidad, interacción, construcción de red, asociaciones que se van haciendo exponenciales por consolidación de proyectos que se sostienen en el tiempo.
Este cambio paradigmático comienza en el lugar más iluminado: el cuarto oscuro.
Por eso les propongo un ejercicio:
Piensen si estarían dispuestos a votarse a sí mismos como candidatos a ciudadanos.
Pregúntense, íntimamente, qué van a hacer, cual es la propia plataforma política para transformarse de habitantes a ciudadanos, y si se dan ese voto de confianza, dar cuenta, dentro de un año, qué hicieron y qué no, de lo que habían prometido realizar. Ese es un voto sagrado, el otro voto es instrumental y coyuntural.
Pregúntense, íntimamente, qué van a hacer, cual es la propia plataforma política para transformarse de habitantes a ciudadanos, y si se dan ese voto de confianza, dar cuenta, dentro de un año, qué hicieron y qué no, de lo que habían prometido realizar. Ese es un voto sagrado, el otro voto es instrumental y coyuntural.
Para construir nos necesitamos, tenemos que ser muchos.
No cambiemos toda la Argentina, sino el pedazo que somos.
Calibremos nuestras expectativas para lograr objetivos sustentables y que nos renueven la esperanza de que estamos en el camino correcto.
Proponernos mucho y no lograrlo nos va a frustrar; proponernos poco pero consolidarnos nos va a hacer crecer.
Coinciden conmigo ???...
Entonces espero vuestra opinión al respecto y ojalá que podamos sumar intenciones para cambiar la POLÍTICA desde adentro.
Entonces espero vuestra opinión al respecto y ojalá que podamos sumar intenciones para cambiar la POLÍTICA desde adentro.
Yo he tomado la decisión de PARTICIPAR.
JOH
(Fuente: Ideas y Conceptos de Responsabilidad Social Empresaria del Rabino Sergio Bergman)
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