24 marzo 2010

Como Se resuelve la Problemática de Vuelos a la Isla y su Conectividad Regional?

Esta nota la publiqué en el año 2007 y entiendo que tiene plena vigencia, más allá del nuevo status-quo ESTATAL que ahora tiene la compañía Aerolíneas Argentinas.
Repasemos, lo que dije aquella vez...


El diagnóstico de la situación en cuanto al transporte aéreo y su directa incidencia con el desarrollo turístico, social, comercial y económico de nuestra provincia, hace imperativo analizar seriamente la posibilidad de generar una cartera de gestión pública, específica y representativa, para interactuar en el escenario regional, nacional, internacional, propiciando la búsqueda de SOLUCIONES y el aprovechamiento de OPORTUNIDADES de inversiones para el sector.
En tal sentido se podría fortalecer el desafío de formular una política de transporte aéreo, vinculando la iniciativa con Universidades (Licenciatura en Aviación Comercial- Universidad de la Marina Mercante), Organizaciones Internacionales (AOCI, IATA) Organismos Gubernamentales (Secretaría de Transporte, Subsecretaría de Transporte Aerocomercial, Ministerio de Economía de Nación) y No Gubernamentales Internacionales, Fundaciones, Asociaciones (JURCA, ALADA, AADI, INDAE, CLARA) , Embajadas y Consulados, entre otros actores del sistema directamente relacionados con el Transporte Aéreo y su problemática.








La política aérea nacional fue concebida y normada hace ya mucho tiempo, en circunstancias y contextos muy diferentes, en las que la estructura económica del país dependía de otras variables productivas que excluían, subestimaban o directamente ignoraban al turismo como factor dinamizador de un desarrollo genuino.

Hoy resulta imposible ocultar que la actual estructura aerocomercial está lejos de ser la herramienta que necesita, al menos Tierra del Fuego y la Patagonia Austral, para permitir afianzar y consolidar la actividad que más ha crecido en el mundo: EL TURISMO.

El transporte aéreo en Argentina, revela serias falencias, una llamativa laxitud y una falta total de sintonía con la demanda de estándares de confiabilidad, seguridad jurídica y PREVISIBILIDAD que exigen los mercados internacionales para canalizar un tráfico turístico que aporte divisas y distribuya activos económicos.

Es importante destacar que, una vez consolidado el PRODUCTO y puesto en valor en los mercados de nivel mundial, nacional o regional, será necesario contar con una herramienta fundamental: El TRANSPORTE AÉREO.

Por ello resulta necesario anticiparse y asumir un verdadero desafío por parte del Gobierno Electo en lo concerniente a Transporte Aerocomercial como POLÍTICA DE ESTADO.
La falta de CONECTIVIDAD AÉREA suma precariedad a los esfuerzos de promoción turística y complica la incorporación de nuestro destino en la oferta de los mercados emisores, más allá de su incidencia en lo doméstico y en la faz comercial.
Se necesita definir el objetivo, hoy, para comenzar a analizar, estudiar y avizorar un futuro de desarrollo sustentable a diez años, con alternativas de propuestas estratégicas y asociativas, en la natural dependencia con la capacidad de transportación y las condiciones de accesibilidad a nuestro destino.
Con este criterio deberían consensuarse los ejes rectores en función a las fortalezas, debilidades, ventajas, desventajas o riesgos que sugiere la apertura de cielos para que otras líneas aéreas compitan en nuestro mercado interno.
Si bien, las decisiones son de injerencia y carácter Nacional, nuestro Estado Provincial, por su condición geográfica insular debería fijar una conducta de gestión pública coherente, a mediano y largo plazo, reconociendo y otorgando jerarquía al sector con rango de Secretaría General para establecer una planificación estratégica interdisciplinaria con el complejo sistema de regulación en el Transporte Aéreo.
Tanto los Gobiernos patagónicos como las fuerzas vivas, confían plenamente que el TURISMO como recurso genuino tiene la capacidad motora para reconvertir las economías regionales contribuyendo a la consolidación de los mercados en gran escala.

Para ello, no solamente es preciso contar con la infraestructura de base que pueda aportar el Gobierno Nacional, los Gobiernos Provinciales o la Inversión Privada, sino que es fundamental revisar y actualizar urgentemente la política aérea para no relativizar o malograr los esfuerzos públicos y privados, tendientes al desarrollo turístico.

La política aerocomercial presenta algunas contradicciones preocupantes en relación a los aspectos positivos del actual plan económico, que colisionan con su propia filosofía así como las urgencias y requerimientos estratégicos del país.
Visto desde la potencialidad de la actividad turística para contribuir a la sustentación económica de una región con las particularidades geográficas y demográficas de la Patagonia (grandes distancias- escasa densidad de población), la falta de una política aérea acorde a la realidad del mercado, dificulta o impide un mayor crecimiento proporcional a la demanda detectada en los principales mercados emisores de turismo, en los cuales existe una marcada inercia comercial y una lógica basada justamente en la previsibilidad y confiabilidad.
Por lo expuesto es preciso trabajar adelantándonos a la coyuntura del sector, generando una directa vinculación con Nación en lo que hace al cumplimiento de normativas y propuestas coadyuvantes.
En cualquier país evolucionado, todas las variables económicas son rigurosamente alineadas y puestas al servicio de la prosperidad de sus habitantes y en muchos casos, sin lesionar los principios de mercado, son utilizadas como herramientas estratégicas para el desarrollo de regiones vulnerables como la nuestra.
Patagonia austral y Tierra del Fuego en particular, son absolutamente aerodependientes en materia de transporte doméstico y turístico. Incluso en lo que hace al fomento del comercio intraregional el esquema de rutas aéreas adquiere necesariamente también un carácter estratégico.

En otro orden de ideas, lo lógico sería que las líneas aéreas que deseen explotar comercialmente estas sensibles rutas, deban observar determinadas reglas de juego, perfectamente compatibles con los principios de mercado, pero respetando parámetros mínimos de exigencia operativa y comercial para transformarse en herramientas útiles a los intereses de la región.
En materia aérea, en el país, sucede a la inversa: Las inversiones públicas y privadas, así como las mejores oportunidades de prosperidad de sus comunidades, deben subordinarse irremediablemente a la conveniencia, buena voluntad o dificultades de los eventuales explotadores comerciales de la ruta aérea.
Las oportunidades económicas que se pierden por una política errática, obstaculizan absurda e injustificadamente el acceso a mejores condiciones de autosustentación económica para nuestra comunidad y aumentarán proporcionalmente los reclamos de asistencialismo de parte del Estado.
Bajo ningún aspecto debería aceptarse que los intereses de una empresa estén por encima de los intereses del país que permite su actividad comercial, ni de la región que usufructúa comercialmente. Mucho menos aún si toda una gama de actividades económicas que articulan la actividad turística dependen casi con exclusividad del vínculo aéreo como en el caso de la Isla Grande de Tierra del Fuego y el resto de la Patagonia.
El equilibrio entre los derechos de nuestra región y los de las empresas aerocomerciales es tal vez una de las más álgidas asignaturas pendientes.

Existe un principio constitucional por el cuál, la autoridad de aplicación que detenta el Gobierno Federal emana de las facultades delegadas por los Estados Provinciales.
Bajo ese criterio es inaceptable prolongar la existencia de una política aérea obsoleta y desacertada, que condiciona a la autoridad de aplicación nacional a administrar un régimen de explotación de rutas perjudicial a los intereses de los propios Estados Provinciales que delegaron autoridad.
Por ello, la Tierra del Fuego debería encabezar una iniciativa de esta naturaleza para plantear el reclamo de una urgente e impostergable revisión de la política aérea nacional, adaptándola a la realidad de los mercados en función de la demanda actual.

Las empresas aéreas no cumplen, hoy por hoy, con las obligaciones establecidas en el Código Aeronáutico en cuanto al mentenimiento de rutas y frecuencias, lo que hace imposible estructurar ofertas para el mercado externo e interno.
El régimen actual en materia de transporte aerocomercial interno, debería inducir a la creación de un sistema de interconexión aérea, similar al que se ha establecido en otros países, que es también a lo que se tiende en la Comunidad Europea, consistente en rutas principales de distribución por regiones y en rutas secundarias de distribución interregional atendidas con aeronaves de menor porte. Un sistema de este tipo concentra las demandas y las canaliza hacia centros de distribución regional.
Si bien este sistema disminuye la cantidad de servicios directos, también permite que ciertas localidades puedan ser atendidas aún cuando su nivel de demanda no permite satisfacerse en las condiciones que rigen las concesiones actuales, en términos razonables para usuarios y empresas con servicios regulares directos.
Actualmente, las principales prestadoras locales atienden ciertas rutas de bajo nivel de demanda con servicios regulares directos y aeronaves de mayor capacidad a la demanda, situación que ha producido inconvenientes ya que las empresas pretenden disminuir la cantidad de frecuencias o la capacidad de oferta, cuando no directamente levantar los servicios. Como las concesiones impiden estas modificaciones, los servicios se tornan onerosos, tanto para los usuarios como para las empresas.

Un sistema de redistribución regional puede modificar esta situación y permitir un empleo más racional de las aeronaves, sin disminuir las frecuencias y quizás mejorando las tarifas.
Tierra del Fuego, con una jerarquización del sector en la consideración de este proyecto, podría declararlo de interés provincial, otorgándole condición de SERVICIO PÚBLICO AL TRANSPORTE AEROCOMERCIAL y estableciendo pautas para fomentar la actividad aeronáutica y el desarrollo de la aviación civil en la región.
De esta manera se podría proteger la actividad económica, la conectividad e integración de Tierra del Fuego al resto del país y fundamentalmente satisfacer las necesidades de traslado de pasajeros.

El espectro es amplio porque podría incluir a los aeroclubes, escuelas de aviación de tripulantes, centros técnicos de mantenimiento, entre otros subsectores que se complementan indirectamente.

Para que la Provincia decida la importancia de crear una Secretaría de esta naturaleza, tenemos que fundamentar dicha iniciativa en función al rol de las compañías aéreas como principales actores del sistema.

En este sentido, para que una línea aérea obtenga ingresos suficientes posibilitando un adecuado desenvolvimiento, debe prestar servicios de transporte de pasajeros, cargas y correspondencia, además del establecimiento de rutas y servicios de fomento para favorecer y posibilitar el desarrollo económico y social que requieren de subsidios y beneficios especiales, como los determinados en la legislación en vigencia, a nivel nacional.

Por ello, las conclusiones que me permito formular a continuación se refieren exclusivamente a un solo tipo de pasajeros como los turistas y constituyen solo una primera aproximación al tema:

1) Para posibilitar el desarrollo del turismo es necesario que se disponga de un sistema de conexiones aéreas que vincule los distintos destinos de la Provincia y la Región, del cuál se carece en la actualidad. Para lograrlo se requieren acuerdos a nivel de Gobiernos provinciales, y de estos con Nación, para posibilitar la instalación de empresas aéreas de carácter regional (establecimiento de Audiencias Públicas; fiscalización, etc), y procurar algunos apoyos sobre todo en las etapas de puesta en marcha y consolidación.

2) Es necesario evaluar la incorporación al marco normativo que rige el transporte aerocomercial, la definición de líneas aéreas nacionales y regionales, estableciendo, si fuera posible, restricciones al paso de una empresa de escala regional a nacional.

3) Desde un enfoque exclusivamente turístico, se debería considerar que estos servicios fueran estacionales, atendiendo a la demanda turística en alta temporada con suspensión de las prestaciones en las temporadas bajas.

4) Se requiere que las empresas aéreas que pudieran atender las rutas turísticas, presenten y cumplan una programación de vuelos de por lo menos dos o tres años, para posibilitar la estructuración de paquetes que se puedan incorporar a la oferta turística con razonable seguridad.

5) Debería limitarse el apoyo a las iniciativas que propongan la realización de servicios regionales, regulares o no regulares, coordinando estas con las empresas de primer nivel la atención de destinos no servidos por ellas, y estar así formalizado en sus programas comerciales.

6) Posibilitar la prestación de servicios públicos regulares, no regulares y charter, estableciendo una Audiencia Pública o un procedimiento de similares características, mediante el cual se pueden otorgar concesiones o autorizaciones, y conocer, con la mayor aproximación posible, el interés de inversionistas privados en el tema.
Mientras no se asuma la decisión política de enfrentar el problema apostando a una lógica de continuidad en la gestión, con responsables experimentados y formados en la materia, seguiremos "penando" con promesas incumplidas.

De hecho, nuestra ciudad de Río Grande sigue esperando que Aerolíneas Argentinas decida restituirle los 3 vuelos que suspendió, allá por Octubre del año pasado con motivo del cierre temporal del Aeropuerto de nuestra ciudad.
Por aquella época, Río Grande tenía 10 vuelos semanales y ahora solo una frecuencia diaria.

Nota: Fuentes consultadas.
Ley Nacional Nº 17.285 (Código Aeronáutico) y Ley 22.390
Ley Nacional Nº 19.030 (Política Nacional en cuanto al Transporte Aéreo Comercial)
Decreto Nº 1.364/1990 (Servicios Charter)
Resolución Nº 444/1991 (SECTUR Resolución 35/02 Min.de Producción de Nación s/Tarifas Sociales.
Decreto Nº 2.186/1992 (Audiencias Públicas)
Monografía sobre Derecho Aeronáutico y Libertades del aire (Convención de Chicago 44)
Propuestas en formato “borrador” de Tierra del Fuego y Chubut.

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