El Dr. Gustavo González Bonorino solicitó mediante una carta abierta que las autoridades tomen conciencia del riesgo sísmico en la provincia. Realizó comparaciones entre el reciente terremoto en Haití y la falla Magallanes-Fagnano que cruza Tierra del Fuego, a la que considera la mayor amenaza sísmica.
“Antes de que se desvanezcan las dolorosas imágenes del cruento sismo ocurrido en Haití recientemente. Antes de volver a la ‘normalidad’ que da el olvido, solicito a los funcionarios y legisladores de Tierra del Fuego que reflexionemos acerca del riesgo sísmico para la población fueguina”, comienza la carta abierta del científico del CADIC – CONICET.
“El riesgo sísmico para una región dada se estima como múltiplo de dos factores: la amenaza y la vulnerabilidad. La amenaza hace al fenómeno geológico en sí. La vulnerabilidad mide la exposición a ese fenómeno de personas y bienes, e incluye parámetros sociales, económicos, y administrativos”, agrega.
González Bonorino realizó comparaciones entre el reciente terremoto en Haití y la falla Magallanes-Fagnano que cruza Tierra del Fuego.
“El sismo de Haití se originó en la falla, o fractura geológica, Enriquillo-Plaintain Garden; en Tierra del Fuego la mayor amenaza sísmica es la falla Magallanes-Fagnano, que cruza nuestra provincia siguiendo la cuenca del lago Fagnano. Ambas fallas son de tipo transcurrente, es decir, que en ellas predomina el movimiento horizontal de los bloques adyacentes.
Ambas constituyen límites de placas tectónicas, las placas de Norteamérica y del Caribe en el primer caso, y las placas de Sudamérica y de Scotia, en Tierra del Fuego.
En ambas fallas el movimiento relativo de los bloques es de unos 7 milímetros por año. Ambas fallas tienen actividad en tiempos históricos, originando sismos de magnitud 7 o mayor en la escala de Richter.
El reciente sismo de Haití, que destruyó Puerto Príncipe y otras ciudades, tuvo magnitud 7,0. La falla Magallanes-Fagnano dio origen a sismos de magnitud entre 7 y 8 en 1879, 1949, 1950, y 1970. El epicentro del sismo en Haití se ubicó a 25 kilómetros de Puerto Príncipe; la falla Magallanes-Fagnano pasa a unos pocos kilómetros de Tolhuin y a unos 30 kilómetros de Ushuaia. La amenaza sísmica es, por lo tanto, similar en ambas regiones”, advirtió.
Añadió que “afortunadamente la vulnerabilidad es mucho menor en Tierra del Fuego que en Haití gracias a una menor densidad de población, condiciones de vida mucho mejores, una mayor proporción de construcciones sismoresistentes, y una mejor organización administrativo-asistencial.
Así, sin duda alguna, el riesgo sísmico para Tierra del Fuego es muy inferior que para Haití. Las horrorosas imágenes de Haití no se verán jamás en Tierra del Fuego. Esta conclusión, sin embargo, no me da tranquilidad pues sé que aunque baja en comparación con Haití, la vulnerabilidad sísmica de la población fueguina es aun elevada. Y más aun, que puede disminuirse considerablemente en poco tiempo de acciones decididas”, evaluó.
“El punto de partida para estas acciones es de índole normativa. Es necesario incorporar la prevención sísmica en la normativa provincial.
En 2005, y nuevamente en 2008, presenté a la Legislatura Provincial un proyecto de ley de prevención sísmica que, por motivos que desconozco nunca habría sido tratado.
En 2008 la Legislatura Provincial habría sancionado una ley de protección civil que englobaría el riesgo sísmico. Esta ley debiera reglamentarse lo antes posible, si aun no se ha hecho.
A pesar de ciertos defectos que podrán corregirse sobre la marcha, la ley servirá de base para instalar un adecuado protocolo de intervención rápida y rescate en caso de un sismo destructivo. La ley, además, dará un marco legal para un uso racional del territorio que tome en consideración la vulnerabilidad sísmica”.
“Mis colegas y yo seguiremos trabajando para mejorar la descripción de la amenaza y la vulnerabilidad sísmicas de Tierra del Fuego, a escalas provincial y urbana, que sirvan para la toma de decisiones. Los primeros resultados para la provincia y para Tolhuin fueron presentados en 2008. Pero estas herramientas de poco servirán sin el apoyo normativo pertinente, el cual está en manos de ustedes, funcionarios y legisladores de Tierra del Fuego”, concluye la carta enviada por el Dr. Gustavo González Bonorino del CONICET-CADIC - UTN-FRRG.
Fuente: Blog Crónicas Urbanas
“Antes de que se desvanezcan las dolorosas imágenes del cruento sismo ocurrido en Haití recientemente. Antes de volver a la ‘normalidad’ que da el olvido, solicito a los funcionarios y legisladores de Tierra del Fuego que reflexionemos acerca del riesgo sísmico para la población fueguina”, comienza la carta abierta del científico del CADIC – CONICET.
“El riesgo sísmico para una región dada se estima como múltiplo de dos factores: la amenaza y la vulnerabilidad. La amenaza hace al fenómeno geológico en sí. La vulnerabilidad mide la exposición a ese fenómeno de personas y bienes, e incluye parámetros sociales, económicos, y administrativos”, agrega.
González Bonorino realizó comparaciones entre el reciente terremoto en Haití y la falla Magallanes-Fagnano que cruza Tierra del Fuego.
“El sismo de Haití se originó en la falla, o fractura geológica, Enriquillo-Plaintain Garden; en Tierra del Fuego la mayor amenaza sísmica es la falla Magallanes-Fagnano, que cruza nuestra provincia siguiendo la cuenca del lago Fagnano. Ambas fallas son de tipo transcurrente, es decir, que en ellas predomina el movimiento horizontal de los bloques adyacentes.
Ambas constituyen límites de placas tectónicas, las placas de Norteamérica y del Caribe en el primer caso, y las placas de Sudamérica y de Scotia, en Tierra del Fuego.
En ambas fallas el movimiento relativo de los bloques es de unos 7 milímetros por año. Ambas fallas tienen actividad en tiempos históricos, originando sismos de magnitud 7 o mayor en la escala de Richter.
El reciente sismo de Haití, que destruyó Puerto Príncipe y otras ciudades, tuvo magnitud 7,0. La falla Magallanes-Fagnano dio origen a sismos de magnitud entre 7 y 8 en 1879, 1949, 1950, y 1970. El epicentro del sismo en Haití se ubicó a 25 kilómetros de Puerto Príncipe; la falla Magallanes-Fagnano pasa a unos pocos kilómetros de Tolhuin y a unos 30 kilómetros de Ushuaia. La amenaza sísmica es, por lo tanto, similar en ambas regiones”, advirtió.
Añadió que “afortunadamente la vulnerabilidad es mucho menor en Tierra del Fuego que en Haití gracias a una menor densidad de población, condiciones de vida mucho mejores, una mayor proporción de construcciones sismoresistentes, y una mejor organización administrativo-asistencial.
Así, sin duda alguna, el riesgo sísmico para Tierra del Fuego es muy inferior que para Haití. Las horrorosas imágenes de Haití no se verán jamás en Tierra del Fuego. Esta conclusión, sin embargo, no me da tranquilidad pues sé que aunque baja en comparación con Haití, la vulnerabilidad sísmica de la población fueguina es aun elevada. Y más aun, que puede disminuirse considerablemente en poco tiempo de acciones decididas”, evaluó.
“El punto de partida para estas acciones es de índole normativa. Es necesario incorporar la prevención sísmica en la normativa provincial.
En 2005, y nuevamente en 2008, presenté a la Legislatura Provincial un proyecto de ley de prevención sísmica que, por motivos que desconozco nunca habría sido tratado.
En 2008 la Legislatura Provincial habría sancionado una ley de protección civil que englobaría el riesgo sísmico. Esta ley debiera reglamentarse lo antes posible, si aun no se ha hecho.
A pesar de ciertos defectos que podrán corregirse sobre la marcha, la ley servirá de base para instalar un adecuado protocolo de intervención rápida y rescate en caso de un sismo destructivo. La ley, además, dará un marco legal para un uso racional del territorio que tome en consideración la vulnerabilidad sísmica”.
“Mis colegas y yo seguiremos trabajando para mejorar la descripción de la amenaza y la vulnerabilidad sísmicas de Tierra del Fuego, a escalas provincial y urbana, que sirvan para la toma de decisiones. Los primeros resultados para la provincia y para Tolhuin fueron presentados en 2008. Pero estas herramientas de poco servirán sin el apoyo normativo pertinente, el cual está en manos de ustedes, funcionarios y legisladores de Tierra del Fuego”, concluye la carta enviada por el Dr. Gustavo González Bonorino del CONICET-CADIC - UTN-FRRG.
Fuente: Blog Crónicas Urbanas
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