20 mayo 2008

"Hoy, el turismo necesita que el patrimonio esté bien conservado"

El especialista francés Bernard Morucci advirtió sobre la destrucción de sitios culturales

La preservación de bienes de la humanidad

El objeto fundamental, que hay que preservar, es el patrimonio cultural. En tanto el turismo es un medio para protegerlo y difundirlo. Con esa idea, el especialista francés Bernard Morucci expuso ante un auditorio de 300 personas cómo atender los crecientes problemas, desafíos y propuestas que hoy exige el turismo cultural.

Profesionales de la Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay y Ecuador vinculados con la cultura, el turismo y el patrimonio compartieron durante tres días intensas deliberaciones en un seminario internacional sobre "Valorización turística sostenible del patrimonio cultural".

El encuentro fue organizado por la Cátedra Unesco de Turismo Cultural, que llevan adelante la Universidad Nacional de Tres de Febrero y la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes.

Morucci, profesor emérito de la Sorbona y coordinador de la red mundial de Cátedras Unesco de Cultura, Turismo y Desarrollo, señaló que las experiencias del pasado demuestran que "cuando la economía va muy por encima de la cultura -y se necesita de la economía para hacer la salvaguarda de la cultura- hay que encontrar entre estos dos socios un entendimiento", que permita que "todos ganen".

Sucede que "el turismo y la economía, a largo plazo, necesitan que el patrimonio esté bien conservado, que no se destruya, para poder seguir promoviéndolo año tras año", indicó en diálogo con LA NACION.

Casos en la Argentina

Profesionales argentinos expusieron durante el seminario la situación de distintas regiones del país. El arquitecto Leonardo Lupiano, vicepresidente de la Región Patagonia y Comahue del Consejo Internacional de Museos y Sitios (Icomos), advirtió sobre cómo en Ushuaia se han demolido edificaciones que responden a las características arquitectónicas típicas de la isla y hacen a su identidad.

Al respecto, Morucci opinó que no debería tolerarse la demolición de edificios patrimonio de la ciudad. Y si hay una legislación que los ampara, debe cumplirse y preguntarse por qué no se la respetó.

"Soy muy sensible al entorno, y el turismo cultural también tiene que ver con el entorno y con todo el problema inmobiliario que hace un mal turismo cultural, donde lo que vale es el precio del metro cuadrado", enfatizó el especialista francés. Y estimó que para lograr un equilibrio regional hay que crear actividades socioeconómicas sostenibles que protejan el medio ambiente.

Otro caso planteado en el seminario fue el del complejo jesuítico de Córdoba, declarado patrimonio de la humanidad. Josefina Piana, directora de Patrimonio Cultural de esa provincia, comentó que desde la declaración internacional, el turismo que visita el complejo pasó de 189.000 personas, en 2000, a 821.326, el año pasado.

¿Es común que a un sitio declarado patrimonio de la humanidad lleguen muchos turistas y eso se vuelva un problema?, preguntó LA NACION a Morucci. "En Francia nos dimos cuenta de que la frecuentación de los visitantes a los sitios más concurridos aumenta en el tiempo, mientras disminuye la asistencia en los sitios menos visitados. No es una paradoja. Lo que debemos hacer para resolver el problema es gestión", respondió. Puso como ejemplo el caso de las ciudades romanas de Pompeya y Herculano, en Italia. "Pompeya está llena de turistas, entonces se los desvía con circuitos nocturnos y también llevando turistas a Herculano, que es un sitio más chiquito, pero del mismo tipo de Pompeya."

Otra de las ideas que expuso es que "la gestión sostenible requiere el compromiso de las poblaciones locales" para lograr un desarrollo turístico sostenible.

Los medios y la educación

Morucci, que también es doctor en matemática, atribuyó un rol importante a los medios de comunicación para concientizar a la gente sobre su conducta respecto del patrimonio. "Son ustedes, los periodistas, quienes tienen el poder sobre la opinión pública, en este caso sobre la protección del turismo patrimonial."

En cuanto al rol de la educación, recomendó llevar a los más chicos, desde el jardín de infantes, a visitar los museos.

También indicó que en Francia algunos municipios tienen animadores culturales que organizan actividades de esparcimiento por la tarde, como la visita a un parque natural. "Les hablan de la fauna, de los animales, de los bienes culturales. Son pequeñas cosas que uno les dice a los chicos que deben respetar y, así, se crea una conciencia sobre el respeto al patrimonio cultural."

Es la primera vez que Morucci está en la Argentina. Sobre la ciudad de Buenos Aires, opinó que el barrio de La Boca representa "una cultura popular bien conservada, que mantuvo sus tradiciones, sus valores, sus formas". También dijo que Villa Ocampo "da la sensación de un ambiente protegido" y que cuando un país hace esto es un punto favorable.

El especialista francés se consideró "un utópico". Cuando constata los daños que puede hacer un turismo mal aplicado, en algunas oportunidades directamente le aconseja a un país que no haga turismo, porque todavía no está preparado.

Por Laura Casanovas
De la Redacción de LA NACION

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