13 julio 2008

"Aerolíneas Argentinas NO tiene ningún futuro" ( Antonio Mata, ex CEO de la misma Compañía)

Manejó la compañía durante 5 años y dice que ahora no tiene futuro. Que algunos gremios siempre la boicotearon, que desde hace tiempo que está manejada por el Gobierno. Culpa a Ricardo Jaime, secretario de Transporte, de quien dice que está acompañado por una corte de empresarios nacionales. Antonio Mata, ex dueño de Aerolíneas Argentinas, el hombre que se fue en 2006 peleado con los actuales accionistas y con el Gobierno, volvió a abrir la boca. Como siempre, hizo un desparramo.

Nació en Madrid hace 53 años, pero vive en Buenos Aires, desde donde maneja varios negocios. Está desde hace un año enojado con Jaime porque dice que no escucha sus pedidos para entrar en el mercado de cabotaje con una nueva aerolínea, Air Pampas.

"Yo sabía que esto iba a pasar. Todo lo que Jaime toca, se pudre. Era insostenible. Los actuales gestores han abandonado Aerolíneas a la suerte. Se han dejado manejar por la Secretaría de Transporte", empezó, desde Madrid, en comunicación telefónica.

-¿Por qué lo dice?

-Jaime viene manejando la empresa desde principios de año. ¿No dijo que el Gobierno había puesto créditos por 100 millones de dólares? No le gusta un gestor, lo quita. No le gustaba Esteban Maccari, le pide a Pascual [Gonzalo, accionista del grupo Marsans] que lo quite. No le gustó Enrique Meliá, lo quita.

-Los españoles acusan a los gremios. ¿Usted qué piensa?

-Algunos gremios también tienen responsabilidad, por el apriete constante.

-¿Cree que habrá un comprador? ¿López Mena, por ejemplo?

-¡Pero si ha sido todo una pantomima! López Mena fue un invento de Jaime, apoyado en empresarios del sector. Algunos de ellos, relacionados con los aeropuertos...

-¿Eurnekian?

-Gutiérrez [presidente de Aeropuertos Argentina 2000]. El estuvo reclutando empresarios. Es mentira: ningún empresario tiene el resto suficiente para soportar una empresa en estas condiciones. Aerolíneas no tiene ningún futuro. Tal como está, no es viable.

-Habla como si Aerolíneas hubiera sido un paraíso en su gestión. Y hubo demoras, cancelaciones.

-No es cierto. Hasta que me hicieron la huelga de 2005, que quebró la cosa, teníamos una puntualidad del 93%. Con ese paro trataron de sacarme, creando una distorsión en la compañía, y lo consiguieron, por supuesto. Ahora, los accionistas están recibiendo la misma moneda con que me pagaron a mí. El Gobierno lo volvió a hacer: generaron tensión, les pidieron a los de APA que pararan. Si Jaime paga los sueldos desde hace tiempo, ¿por qué no los pagó esta vez? Todo estuvo armado.

-¿Por qué habla recién ahora?

-Es que yo no tengo por qué. No soy parte. Como reconocieron algunos gremios el otro día, se dilapidó lo que habíamos conseguido.

-Pero los gremios y la empresa le echan la culpa de haber dejado la empresa en malas condiciones.

-Yo no sé si dejé la empresa en malas condiciones: dejé todos los balances aprobados, auditados por Price y ratificados por el directorio. El año 2005 dejó pérdidas por la presión gremial. Cuando yo la dirigía, funcionaba con normalidad. No tenía subsidios ni tarifas. Una aerolínea no es un colectivo, no necesita subsidios.

-Pero esta industria está subsidiada en todo el mundo.

-No es así. ¿En dónde?

-Varias. American Airlines ha recibido créditos a fondo perdido.

-Pero fue para una compañía, por un determinado momento. Y no para los pasajeros, las rutas. Todas se endeudan y piden créditos. Yo no pido subsidios, no estoy a favor de los subsidios.

-Pero usted tuvo subsidios del gobierno español en su gestión.

-No, perdona, eso es otra cosa. Eso fue un acuerdo de la compra: el vendedor se compromete a cumplir con una obligación pactada para que el negocio funcione. No mezcles las cosas.

-Da igual. Sin esos fondos, no podría haber operado.

-¡Pero es que no habría comprado! Si compro un auto y me dan un motor de repuesto, es cuestión de privados. Siempre rechacé los subsidios de Jaime.

-Perdón, me cuesta creer que un empresario rechace subsidios.

-Pero es que yo no estoy de acuerdo. No se puede financiar una aerolínea con impuestos de la gente. Pero a ellos les gustan los subsidios. Han decidido subsidiar todo.

-¿Por qué cree que lo hacen?

-No sé, algún interés deben tener.

-¿Cuál?

-No lo sé. Evidentemente, no es muy transparente la cosa.

-¿Por eso se queja de que no toman su pedido con Air s?

-Eso está en manos del Gobierno. Pero Jaime es juez y parte: no quiere competidores para Aerolíneas Argentinas. Jaime es el dueño de la timba y no quiere que entren jugadores. Y, si entras, tienes que vestirte de verde...

-¿De verde?

-Hombre, ¡cómo te lo puedo explicar! Tienes que vestirte de verde y, si es posible, de papel verde. ¿Más claro? Todo lo que tocó Jaime no levantó vuelo: Southern Winds, Lafsa, Safe Flight, que sigue pagando sueldos.

-¿Sugiere que le piden coimas?

-No, sólo digo que sólo deja entrar a sus amiguetes, que tienen que estar vestidos de verde.

-Pero ¿usted hizo el trámite?

-Claro, es muy sencillo. La ley dice que uno pide y, a los 20 días, se debe hacer el llamado. Pero es que Jaime cree que la ley es él. Y me mandan a terceros para hacer aprietes. Me manda una carta Aeropuertos diciéndome que tengo que ceder el amarre en el Aeroparque porque lo necesitan otras compañías.

-Quizá realmente lo necesitan.

-Pero, hombre, dime qué espacio ocupo yo. Yo no tengo más que un papel. ¿Dónde está el lugar que estoy ocupando? ¡Están los aviones de SW, de Lafsa, de American Falcon! Es un apriete a través de terceros en esta timba.

- Usted habla mal de otros, pero muchos tampoco lo quieren. Hablan de sus causas.

-Espera, yo no he hablado de ninguna causa de ningún empresario.

-Pero tiene causas, ¿no?

-Tenemos una de dos ciudadanos argentinos. Son imputaciones falsas. Nos acusan a los accionistas de uso de fondos indebidos del Estado. Si es así, ¿por qué el querellante no es el Estado? Oye, otra cosa, no pongas, como otras veces, "empresario polémico".

-¿Cómo no lo voy a poner con las cosas que dice?

-¿Decir la verdad es ser polémico?

-Convengamos en que usted es controvertido.

-Sí, porque digo la verdad: no le debo nada a Jaime.

Por Francisco Olivera
De la Redacción de LA NACION

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