En medio de las críticas del secretario de Transporte, Ricardo Jaime, al grupo español Marsans, dueño de Aerolíneas Argentinas, al que acusa de incumplir sus compromisos con el Estado nacional, el Gobierno y los españoles abrieron una negociación para definir cómo y en qué condiciones el Estado se hará cargo de la línea aérea. Una fuente de Aerolíneas dijo ayer a LA NACION que en los últimos días se mantuvieron negociaciones telefónicas y que mañana los representantes de Marsans se encontrarán con Jaime, que pasó el fin de semana en Córdoba, de donde es oriundo, para intentar redactar un documento que oficialice la salida del grupo español de la línea aérea mediante la cesión de acciones. "Lo que está en discusión es si vamos a firmar un documento comercial o un parte de rendición, como pretende Transporte", dispararon en Aerolíneas.
El representante del Estado en la compañía, Julio Alak, señaló ayer a la agencia oficial Télam que el socio mayoritario (Marsans) debería hacer una urgente capitalización, pero desde el grupo español dijeron estar "cansados de poner plata" y dispuestos a encarar "una salida ordenada" de Aerolíneas. Según la fuente empresarial, "hay un problema político entre los gobiernos español y argentino que es más duro de lo que se sabe porque Rodríguez Zapatero [presidente del gobierno español] sería el que cerraría la etapa de Aerolíneas como empresa española".
"Desde la privatización, España invirtió en Aerolíneas unos 3000 millones de dólares -siguió el informante-, así que lo que ese país quiere, y nosotros también, es una salida no traumática, elegante. ¿Cómo le explica el gobierno de Zapatero a la ciudadanía española que se puso tanta plata en una empresa para luego regalarla? El problema es que el grupo de los duros en Planificación quería que Marsans prácticamente pida perdón por su gestión y que haga un pedido público de rescate al Estado. Eso no lo haremos. Se apresuraron en solicitar la intervención judicial y ahora no saben qué hacer." Por su parte, en el Gobierno afirman que se encargarán de la gestión de Aerolíneas Argentinas, ya sea estatizándola por ley o bien entregándole el management a un socio privado argentino de su agrado. Ayer, en declaraciones radiales, Jaime afirmó que son varios los candidatos para esta última alternativa.
"Hay mucho interés de inversores privados", señaló sin dar nombres, y añadió: "La pretensión del Gobierno quedó expresada hace 50 días cuando se firmó un acuerdo para adquirir [el Estado] el 20 por ciento de Aerolíneas y Austral, y la posibilidad del ingreso de capitales argentinos en ambas empresas por el 35 por ciento". Jaime se refirió así al anuncio que había hecho Marsans en mayo y que preveía la venta de casi un 36% de la línea aérea a Juan Carlos López Mena, el dueño de Buquebús. Pero ese convenio luego quedó congelado.
Alak, por su parte, confirmó la opción de la estatización. "Si el Estado tiene que tomar el control de Aerolíneas y Austral para garantizar el servicio público, proteger el patrimonio nacional y mantener la fuente laboral de 10.000 trabajadores, seguramente lo hará", expresó.
Una fuente oficial familiarizada con las negociaciones dijo a LA NACION que "Aerolíneas es una empresa que, con los recursos que hoy genera, no puede seguir operando" y estimó que el fuerte aumento del petróleo la ha dejado sin resto. "Este año perdió 200 millones de dólares; este mes perderá 30 millones y tiene un pasivo de 900 millones de dólares", agregó.
En tanto, la fuente de Marsans dijo que mañana, junto con el acuerdo de salida de Aerolíneas, se iniciaría el proceso de valuación de las acciones. "Las tasará algún organismo del Estado y otro internacional, y se designará un árbitro por si no hay acuerdo. Lo seguro es que no hay vuelta atrás."
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