Como es sabido, el turismo es el quehacer económico de mayor efecto multiplicador y principal generador de empleo diversificado. Un empleo en petróleo, petroquímica o siderurgia requiere una inversión entre 50 y 100 veces superior a uno en turismo - tema para el cual estamos pródigamente dotados - por lo que resulta el complemento natural de nuestra economía minera.
Afortunadamente existe hoy una coyuntura favorable al turismo basada en un mandato de la constitución bolivariana, apoyada en una firme voluntad política y en una adecuada visión sistémica por parte del gobierno, en un contexto de expectativas favorables en materia estabilidad social y económica a mediano plazo, ingrediente clave de la inversión turística.
El turismo compromete a una extensa red de actores e incentiva el mejoramiento gradual del sistema. Impulsa simultáneamente el proceso educativo popular, la seguridad ciudadana, el aseo público, el embellecimiento urbano o la inversión hotelera, conformando un proceso de desarrollo sostenible, o sea retroalimentado positivamente. A mejor calidad de vida de los ciudadanos corresponderá una mejor oferta turística, y su deterioro significará la regresión del negocio, que es nuestro patético caso.
No habrá turismo en un país con 70 asesinatos cada fin de semana, pero tampoco lo habrá si carece de una adecuada infraestructura hotelera y de servicios. Entonces ¿Por dónde empezar?
De abajo hacia arriba
Se trata de atacar el problema a la inversa. Revertir simultáneamente los procesos negativos de cada uno de los factores que condicionan el turismo: seguridad ciudadana, educación popular, higiene en las calles, inversión hotelera y otros. Pero activar el complejo proceso requiere de un agente dinamizador, de una locomotora propulsora que no puede ser sino la inversión en infraestructura turística, el factor más lento pero el de mayor poder empleador y potenciador de la economía.
Un nuevo destino turístico o un nuevo hotel será el resultado de un proceso de negociación largo y enriquecedor entre mayoristas, transportistas, operadores, propietarios de la tierra e inversionistas, y también con el gobierno como proveedor de infraestructura vial y de servicios. Por su complejidad, el proceso solo puede ser desarrollado por el sector privado, pero en la actual circunstancia corresponde al gobierno el empujón inicial.
Y de arriba hacia abajo
Afortunadamente el estado venezolano posee un conjunto de importantes activos turísticos dispersos - hasta ahora manejados de manera inorgánica - que podrían constituir la base económica de una gran empresa turístico-hotelera potenciadora del negocio en escala nacional. Esta empresa se abriría al mercado y apoyándose en el valor de sus activos podría convertirse en el principal promotor de la inversión turística, sin costo alguno para el erario público. La calidad y el valor de tales activos, por ejemplo los hoteles Hilton (Caracas y Barquisimeto), Intercontinental (Guayana y Valencia), Meliá (Caribe y Puerto La Cruz), Macuto Sheraton, Humboldt, Maremares y otros de singular relevancia y calidad, garantizan un enorme potencial de apalancamiento para nuevos negocios.
El proceso comprendería las siguientes etapas:
1- Incorporación de los hoteles y otros activos turísticos propiedad de distintos organismos estatales a una compañía cuyos accionistas iniciales serían los organismos aportantes.
2- Inscripción en la Bolsa, colocación de una porción mínima de sus acciones para marcar su valor. Designación de una administración experta de nivel internacional.
3- A partir de allí, utilizando libremente los recursos del mercado (préstamos, aumentos de capital, asociaciones) la compañía podrá promover y construir una nueva infraestructura hotelera nacional en gran escala, contribuyendo extensa y masivamente a la reconstrucción del Estado Vargas.
4- La nueva compañía dinamizará el mercado de capitales y canalizará el ahorro interno, constituyéndose en una opción de inversión para los fondos de pensiones. Las acciones en poder del gobierno podrán ser oportunamente transferidas a los ciudadanos por la vía del capitalismo popular.
Fuente: http://www.analitica.com/va/economia/opinion/7880155.asp
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