18 febrero 2008

La torpeza, ineptitud e incompetencia del Secretario de Transporte, Ricardo Jaime, genera conflictos en Aerolíneas y Austral.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (CÓDIGO AÉREO) - El lunes y martes, los pilotos de Austral que forman parte de la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA) realizarán un "momentos de reflexión y análisis" que podrían causar retrasos y postergaciones en los vuelos de la empresa.

La medida tomada por UALA, uno de los gremios más dialoguistas y tranquilos con los cuales tiene relación el Grupo Marsans, está sentada en el peligro de que los aviones MD que ingresaron a Austral en 2007 puedan volver a Aerolíneas Argentina, debilitando a la compañía.

Como se recordará, para "convencer" a los belicosos representantes de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), de las buena voluntad del holding español y el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, obligó al Grupo Marsans a devolver los MD que hoy están en Austral a Aerolíneas Argentinas, en caso de que no ingresaran antes de julio los 6 A320 prometidos.

La "genial idea" del Secretario de Transporte, que en enero había postulado al titular de APLA, Jorge Pérez Tamayo, como director por parte del Estado en Aerolíneas Argentinas, no causó el inmediato levantamiento de las medidas de fuerza de los pilotos, hubo que esperar casi 30 horas para que se normalizara el programa de vuelos.

Además, con la "propuesta Jaime", se logró crear un enfrentamiento ficticio entre APLA y UALA y logró extender la medida de fuerza que afectaba a Aerolíneas Argentinas a Austral. ¡¡Un verdadero despropósito!!

Sin embargo, la novedad más significativa del fin de semana fue anunciada en el editorial de Joaquín Morales Sola de la edición dominical de La Nación. En la nota, el periodista sostiene que:

"Los pilotos (...) se han convertido en dueños fácticos de los aviones; ellos deciden cuándo y cómo vuelan. Los argentinos son rehenes de esa pelea sin alma en los aeropuertos. El turismo extranjero se cansará rápidamente de un país imprevisible hasta en su transporte. El Gobierno masculla odio contra los pilotos, pero prefiere por ahora demorar una decisión de estruendo"

Luego de culpar a Ricardo Jaime que "...no ha hecho más que profundizar los conflictos que ya existían..." asegura que " en algunas oficinas del Gobierno se analizaba el viernes la intervención del sindicato de pilotos de aviones, que están llevando a Aerolíneas Argentinas, que controla casi el 90 por ciento de los vuelos de cabotaje, al borde del precipicio. Los argentinos acampan en los aeropuertos o los han abandonado definitivamente. Los argentinos pueden enfrentar hasta el milagro de respirar bajo el agua. La situación se agrava cuando lo que está en juego es el turismo extranjero. Millones de dólares en inversiones ya realizadas hacen piruetas en la cornisa".

Agrega Joaquín Morales Solá que "hay una naturaleza ideológica en el fondo del conflicto. Nadie les niega a los pilotos el derecho de hacer una huelga prevista. Pero no hacen eso: dejan llegar a los pasajeros a los aeropuertos y, después de largas esperas, agitan pretextos indescifrables y los vuelos deben cancelarse. Miles de pasajeros han sido maltratados así en Ezeiza en el último mes. Los pilotos renunciaron la semana pasada a ser instructores de sus compañeros más jóvenes. La decisión dejó varado en El Cairo un avión nuevo que debía llegar a Buenos Aires para incorporarse a la flota. Paralelamente, aquí los pilotos denunciaban falta de inversión de la empresa. ¿Es eso? ¿O están buscando la reestatización de la compañía cuando ésta comience su agonía? El Gobierno asegura que jamás retomará la empresa".

"Una hora le llevó a Tomada convencer al jefe del sindicato de pilotos de que aceptara ingresar en una sala para darle la mano al principal directivo de Aerolíneas Argentinas. No le pedía que acordara nada de antemano. El piloto no quería extender su mano ni mucho menos conversar. Intransigentes, intolerantes y mesiánicos . Esas fueron las calificaciones que salieron de empinados funcionarios oficiales para describir a los pilotos; también criticaron la zigzagueante gestión del conflicto por parte de la empresa. El viernes, el Gobierno sopesaba la posibilidad de intervenir el gremio, pero tomaba recaudos ante la posible solidaridad en una actividad que tiene seis sindicatos" agrega.

Según el editorialista "el problema de Aerolíneas Argentinas es el mismo, en última instancia, que el de LAN. Ricardo Jaime anda prometiendo subsidios por todos lados, pero las empresas piden un mejor régimen tarifario. Con tarifas prácticamente congeladas desde 2002 (sólo hubo pequeños retoques), con insumos en dólares y con sindicalistas que se adueñaron de los cielos, ¿qué empresa aérea invertirá en la Argentina?"

"No hay que dar tantas vueltas: Jaime ha fracasado porque nunca tuvo un plan para la actividad aerocomercial; sólo mece sus pródigos subsidios. Pero ¿podría subsidiar los viajes en avión el mismo Estado que no puede arreglar el salario de los docentes? La gestión de Jaime se desmoronó tanto o más que la de Moreno. Pero los dos tienen, parece, seguro de vida política eterna" sostiene.

Finaliza La Nación con estas palabras: "los límites en poder del Estado son una frontera demasiado permeable. Pilotos alucinados, gremialistas ambiciosos, piqueteros con carnet oficialista, asambleístas fanáticos, dirigentes barriales que levantan rascacielos mal hechos en villas de emergencia céntricas. El Estado es también una metáfora".

Mientras tanto, en las oficinas centrales de Aerolíneas Argentinas temen nuevas y sorpresivas medidas de fuerza. La señal de alerta nació en la mañana del domingo cuando los trabajadores de Intercargo resolvieron retrasar hasta dos horas la devolución de valijas a los pasajeros.

Según explicaron desde Intercargo, la medida fue motivada por que tres vuelos internacionales adelantaron su llegada a Ezeiza, lo que, según expresaron, originó la acumulación de unos 2.000 equipajes, que deben ser despachados por el mismo plantel previsto para los arribos regulares.

En varias oportunidades, los representantes de Intercargo y Aerohandling han exigido mayor cantidad de puestos de trabajo. Sin embargo, la demora de las últimas horas se produce en uno de los momentos del año de mayor tráfico, debido al recambio de quincena de febrero, en plena temporada alta en la Argentina.

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