24 febrero 2008

Dos Grupos locales del Transporte Automotor estarían interesados en formalizar Oferta por Aerolíneas Argentinas ante una eventual retirada de Marsans







Plaza y Flechabus
dijeron al Gobierno que, ante una eventual venta, están interesados; la española Marsans no quiere irse.


Lo que trasciende son los paros y las reprogramaciones de los vuelos de Aerolíneas Argentinas, pero detrás de un conflicto que ya se cuenta en años se ha desatado una silenciosa disputa para quedarse con la línea aérea más grande del país.

El Grupo Plaza -comandado por los hermanos Cirigliano- y sus competidores de Flechabus -de propiedad de la familia entrerriana Derudder- han mostrado interés en participar de una eventual compra de la compañía, cuyo accionista mayoritario es el español grupo Marsans.

Nada de esto sería llamativo si no fuese porque Marsans repite a los cuatro vientos que no quiere abandonar Aerolíneas Argentinas y que no piensa vender la empresa. Además, porque ninguno de los interesados habla con la dueña de las acciones, sino que lo hacen con funcionarios del Gobierno. En torno de la línea aérea se han desatado un sinnúmero de rumores. Sin embargo, más allá de los corrillos, hay algunos datos concretos. "Hubo varias reuniones por el tema Aerolíneas en los últimos días. Jaime [Ricardo, secretario de Transporte] sondeó a varios empresarios argentinos para ver si serían de la partida en una eventual compra. Habló con la gente de [Eduardo] Eurnekian y con Cirigliano. El primero habría pedido una drástica reducción de la nómina de empleados. Cirigliano estaba con intenciones de armar una aerolínea desde hace tiempo", afirmó una fuente que habla con varios de los ejecutivos de estas empresas.

Algunas de estas reuniones se realizaron con el visto bueno del secretario Jaime. Se sabe que éste tiene una buena relación con ambos empresarios y que no le disgustaría que uno de ellos pudiese formar parte de la empresa. Sin embargo, la interna de los transportistas se metió de lleno en la ya convulsionada vida de la empresa.

La familia Derudder se movió en silencio para neutralizar el avance del grupo Cirigliano, su competidor más directo en el negocio de los colectivos de larga distancia. Esta semana, un ejecutivo de la empresa mantuvo una reunión con el secretario de Turismo, Enrique Meyer. Allí, el funcionario recibió formalmente una propuesta de los transportistas para participar ante una eventual venta de Aerolíneas Argentinas.

Pese a que un vocero de la Secretaría de Turismo negó el encuentro, LA NACION pudo confirmar que Meyer efectivamente recibió la propuesta de los transportistas entrerrianos y que le fue enviada a Jaime. El grupo Marsans volvió a negar la posibilidad de abandonar la empresa.

"Es una locura pensar eso. Acabamos de traer un avión Airbus 320 y con éste sumamos cinco en lo que va del año, y mantenemos un plan para sumar aeronaves. ¿A usted le parece que una empresa que está en retirada puede hacer semejante desembolso? Esto es increíble, quieren comprar la empresa y no hablan con el dueño", respondió con énfasis un alto ejecutivo de la compañía.

Aerolíneas atraviesa por estos días un nuevo conflicto gremial, presionada por el gremio que reúne a los pilotos. Pero eso no es todo. Austral -otra compañía del grupo- también está enfrascada en medidas de fuerza que han llevado a un paro de pilotos.

En el último tiempo, el grupo Marsans decidió que Austral se convirtiera en la líder de los vuelos de cabotaje. Actualmente controla el 65% de las frecuencias que van al interior del país. Aerolíneas, que tiene el 20% de los vuelos domésticos, enfocó su negocio en las rutas internacionales.


Menos cabotaje

La decisión empresaria ha sido interpretada por los gremios de la aerolínea de bandera como un vaciamiento de la compañía. Reclaman, entonces, que alguno de los aviones de Austral que sirven el cabotaje pasen a su flota como una manera de recuperar importancia en el mercado local.

"La solución no es que pasen aviones de un lado a otro; la solución es que traigan más y que Aerolíneas gane presencia con más frecuencias", dijo una fuente muy cercana a Jaime.

Mientras tanto, en el Gobierno y en la empresa no logran ponerse de acuerdo sobre cómo se efectivizará el aporte que el Estado tiene que hacer por haber pasado de tener un cinco a un 20% de las acciones. "Está demorado, ya que hay que ponerle un valor a la empresa", dijo una fuente oficial.

Por Diego Cabot

De la Redacción de LA NACION

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