17 agosto 2007

Análisis de los planes de estudio de carreras de grado en turismo y hotelería en el ámbito universitario en América






Fundamentación de la Investigación
Por María Vandam (*)


El sector turístico se caracteriza por su gran dinamismo, su continua evolución y un ritmo de crecimiento como nunca ninguna otra actividad ha experimentado en los últimos años.La estructura educativa que dé cuenta de ese gigantesco fenómeno social denominado turismo, tiene que tener una gran flexibilidad para cubrir las necesidades del sistema.
Especialmente se debe contar con recursos humanos en cantidad y calidad suficientes para atender el desenvolvimiento del flujo turístico, con la mira puesta en un verdadero desarrollo del turismo en cada uno de nuestros países.
En este sentido, entre las múltiples dimensiones de análisis que generan el turismo y la hotelería, es preciso tomar en cuenta la formación profesional de los recursos humanos.Ésta ha de fundamentarse en el conocimiento de las reales posibilidades presentes y futuras de esos recursos humanos, considerando la calificación, aptitud e idoneidad para los desempeños requeridos, y atendiendo a la realización plena del ser humano integral, conforme a valores, al servicio de la comunidad.
A pesar de la importancia que la enseñanza del Turismo y la Hotelería ha ido adquiriendo, expresados en los múltiples encuentros de -por lo menos- los últimos veinte años, la investigación, cuyo resumen se publica en esta edición, es la primera en proponer un análisis integral de los planes de estudio de carreras de grado en el ámbito universitario en América.
En referencia a los antecedentes sobre el estudio del turismo en el nivel superior, puede decirse en muy apretada síntesis que, en América Latina, los estudios en las universidades iniciaron a fines de la década del sesenta habida cuenta de la necesidad de formar los cuadros directivos que, tanto en el sector oficial como el privado; exigía el desarrollo turístico encarado en la mayoría de los países de la región con miras a obtener del turismo, fundamentalmente beneficios económicos y sociales.
Las universidades abrieron carreras de turismo y, para la confección de planes y programas, fueron convocados especialistas venidos de muy diversas disciplinas, mas no del turismo, pues no los había. De allí proviene, en parte, alto grado de heterogeneidad en referencia a los enfoques y objetivos de las carreras.
Por motivos diferentes, las nuevas carreras universitarias fueron además insertadas en diversas facultades: de humanidades, de historia, de contaduría y administración, de economía, de ciencias de la comunicación, de economía y administración, de ciencias de la gestión, etc., La inserción en el ámbito institucional ha generado distintas influencias y disparidad de criterios en cuanto a los conocimientos impartidos en cada caso.
Las especialidades del área institucional en la cual se incorporó la carrera afectaron la estructura curricular, pues se observa claramente el énfasis puesto ya sea en economía, o en geografía, sociología, psicología, administración, etc., dependiendo de la facultad o dependencia en que Turismo logró su inserción.Lo propio sucedió más tarde con las carreras de Hotelería.
Todo lo anterior se refleja en las características que presentan los distintos planes de estudio sobre los cuales se sustenta la formación profesional en este nivel.En el proceso de planificación y diseño de los planes de estudio, las universidades elaboraron los diagnósticos para determinar el perfil de los egresados.
En función de este perfil se fijaron los objetivos del aprendizaje y, finalmente, se determinaron las estructuras de los planes de estudio.
En dicho proceso se contempló el aspecto interdisciplinario característico del planeamiento y diseño de estructuras curriculares y se dio participación a especialistas y también expertos en educación.
Sin embargo, como ya se ha dicho, no se contó con el aporte imprescindible de los especialistas en turismo que pudieran asesorar en cuanto al cuerpo de conocimientos requeridos para la carrera, pues claramente no los había.
No se advertía la complejidad del fenómeno y no había especialistas. Y es en estos condicionantes donde debe buscarse el mayor problema detectado en los planes de estudio, que perdura hasta hoy: su contenido difuso e incompleto.
Aún hoy, después de tantos años, la consulta a especialistas en educación y turismo es poco habitual.
En referencia a los antecedentes de las estructuras curriculares, el estudio exhaustivo de la bibliografía revela ciertas características comunes a la región:
a) En cuanto a las áreas de conocimientos: No existía una clara definición de los conocimientos que debían integrar la currícula en función de los objetivos finales de la carrera y era muy notorio el bajo contenido de conocimientos que éstas presentaban en el área específica del turismo, o sea en el principal campo de actuación profesional del futuro graduado. Todo ello producto de los limitados conocimientos que se tenían en materia de turismo por aquellos años. Observaciones válidas también para la hotelería y más cerca en el tiempo, a la gastronomía.
b) En cuanto a la evolución de los conocimientos: No estaban organizados en una secuencia lógica que garantizara una continuidad en el estudio dificultándose la acumulación de conocimientos, lacoherencia e incluso la profundidad requerida al alumno a lo largo del proceso de enseñanza – aprendizaje. Las estructuras curriculares mostraban una escasa articulación en la organización de los conocimientos. El hecho negativo más destacable resulta ser el descuido del principal campode actuación profesional, el turismo, (y/o la hotelería, más tarde) cuyo estudio se caracteriza por no exceder el nivel introductorio.
c) En cuanto al contenido programático de las materias en el área del turismo: La desorientaciónseñalada en las estructuras curriculares se replicaría en los programas de las asignaturas, pues una gran falencia es la falta de concreción de una secuencia lógica en el ordenamiento de los temas a lo largo de la carrera.
d) En cuanto a la necesidad de revisar los planes de estudio actuales: La afirmación de un estudioso del turismo don Miguel Acerenza, que data de 1980 (1) es absolutamente actual razón por la cual transcribimos textualmente sus expresiones:“El panorama planteado…, sugiere la necesidad de proceder a una revisión de los planes de estudio del turismo en el nivel superior y, por tanto, encarar el diseño de una nueva estructura curricular que sea más consecuente con su objeto de estudio y con la realidad. Puesto que ya no es posible seguir aceptando una formación profesional deficiente en este nivel, y que debemos, por consiguiente, afrontar el compromiso de rever la estructura curricular de la carrera cuya reorganización constituye una tarea insoslayable e inapelable”
Las complejidades propias del turismo y la falta de experiencias y especialistas dieron como resultado un alto grado de heterogeneidad en lo que se refiere a los enfoques y objetivos de las carreras.
Muchas de las características señaladas aún persisten en un número considerable de planes y han quedado claramente de manifiesto en el estudio que llevamos adelante, lo cual ha permitido detectar la disparidad de criterios existentes en cuanto a los conocimientos impartidos durante el proceso de enseñanza aprendizaje. El estudio exhaustivo de las condiciones históricas en que el turismo, y muy posteriormente la hotelería, se constituyeron en carreras universitarias permite explicar en parte, el estado actual de situación.
Si bien hoy, el cuerpo de conocimientos ha progresado de modo considerable, al igual que el número de expertos, otra circunstancia ha irrumpido para confundir los objetivos académicos.
Se trata de lo que podemos llamar “el marcado acento economicista” que ha venido tomando la enseñanza de las dos carreras habida cuenta que, en el imaginario social, se han constituido en carreras que permitirían a los jóvenes un rápido ascenso social.
Una creencia social, habitualmente generalizada, es que el turismo y la hotelería conectan con mundos glamorosos donde fluye el dinero fácilmente.
Esto último ha contribuido a promover, tanto el aumento de la matrícula estudiantil, cuanto unamultiplicación considerable de instituciones muy competitivas entre sí. Al mismo tiempo se haincrementado la presión a las universidades para que provean una salida rápida al mercado laboral.
Advertir que el turismo es un fenómeno de enorme complejidad y alta significatividad para los pueblos, es casi un develamiento de los últimos años que aún no ha logrado insertarse acabadamente en el ámbito académico ni en la sociedad en su conjunto.
1. Acerenza Miguel Ángel, Consideraciones sobre la currícula del Licenciado en Turismo, CENIT – IPN, México, 1980
* La autora Licenciada en Demografía y Turismo y Doctora en Psicología Social. Decana del Departamento de Demografía y Turismo. Directora de la Escuela de Administración Hotelera. Universidad Argentina J. F. Kennedy. Profesora Titular: Cátedras: Política Demográfica Argentina y Mundial. Demografía General. Corrientes Demográficas Mundiales. Vicepresidenta para América del Sur. Confederación Panamericana de Escuelas de Hotelería, Gastronomía y Turismo. CONPEHT.


Publicado en la Revista Turismo. Patrimonio y Desarrollo, TURPADE. Nº 1 y 2. Por el Centro de Investigaciones "Manuel Gurría Di Bella” de la Universidad de las Américas. Puebla.México. 2005 (Primera Parte)

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