15 noviembre 2007

Aerolíneas Argentinas: Cielo con frente de tormenta


Dentro de la compañía el clima es otro, mucho más tenso, a tal punto que la reunión de directorio del viernes pasado insumió nada menos que ocho horas.
Es evidente que el estado actual de la compañía no es ideal, y que las crisis se suceden unas a otras.
Los directivos del Grupo Marsans habrían advertido que en el estado actual los aviones recientemente solicitados a la empresa Airbus difícilmente aterricen en Buenos Aires, donde el promedio de horas voladas mensualmente por los pilotos no supera las 35.

Es tal el clima que se vive en la empresa, que un influyente diario de economía y negocios publicó este lunes que Esteban Maccari, actual gerente general, sería reemplazado, lo que generó -y difundió aun más la noticia- un escueto comunicado de prensa de la empresa desmintiendo tal posibilidad y afirmando que el ejecutivo cuenta con el respaldo de Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán.
Lo que se le reprocha puertas adentro a la actual conducción es no haber podido por la vía del diálogo y la concesión -en contraposición con el estilo confrontativo y agresivo de Antonio Mata- solucionado los enfrentamiento con algunos de los gremios, en especial APLA, pese a haber aceptado algunas exigencias extremas, como haber despedido a 60 pilotos, y de los buenos, por pedido del gremio porque estos no habrían aceptado sumarse a la huelga ordenada por el sindicato en tiempos de Mata.
Tampoco parece haber dado resultado en esta búsqueda de consenso haber aceptado la designación de algunos gerentes en áreas operativas ni accedido al traspaso de los seis MD que militaban en la flota de Austral y que hoy hasta los mecánicos entienden, con los problemas existentes, que es un absurdo su traspaso ya que necesariamente demandará una nueva línea de mantenimiento.
Ahora la dirección de la empresa debe enfrentar un nuevo dilema: qué hacer con los pilotos que se declararon enfermos al mismo tiempo -una extraña epidemia de enterocolitis- cuando debían abordar los aviones.
Una sola de estas cancelaciones, la de Roma, le generó a la compañía una perdida de U$S 890.000. Si no se los sanciona se establece un pésimo antecedente, especialmente ante los pilotos más jóvenes, y si se los castiga la empresa se enfrenta a una amenaza de paro por 30 días. Todos temas incorporados a la agenda de la próxima reunión de directorio prevista para esta semana.
Fuente: AviaciónNews.-

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