Tal es la insuficiencia, que dicen que en Tierra del Fuego, por ejemplo, la situación ya es muy crítica debibo al poco turismo (la mayor fuente de ingresos) que llega al lugar.
Por su parte, las compañías aerocomerciales dicen que hay una actualizacion tarifaria pendiente, y además el combustible para los aviones es muy caro (no está regularizado como el de los autos). Para tener una idea: un vuelo a Ushuaia con el 90% de los pasajes vendidos daría pérdidas.
Ante este panorama, en la reunión de ayer se planteó la posibilidad de trasladar la Subsecretaría de Transporte Aerocomercial a la Secretaría de Turismo. Es decir, sacarla de la órbita de la Secretaría de Transporte, donde se encuentra actualmente. Y de esta forma, sacarla de la órbita de Ricardo Jaime.
Alguien propuso volver a la estructura implementada durante el gobierno de Fernando De la Rúa. Es que durante dicha gestión, la Subsecretaría Aerocomercial estaba incluida dentro del Ministerio de Turismo, Cultura y Deportes, que comandaba el ingeniero Hernán Lombardi. Esta idea 'prendió' en la mayoría de los presentes y por ello han decidido hablar del tema con Alberto Fernández.
Irremediablemente, esta iniciativa traerá problemas al matrimonio K.
A Jaime no le va a gustar ni un poquito que le arrebaten de su mando una subsecretaría, lo tomará como una ofensa, ya que no es habitual que se tomen este tipo de decisiones (por lo general, se realizan estas modificaciones cuando el funcionario va a asumir su cargo, y no una vez que ya está establecido). Y si a Jaime le molesta, a Néstor Kirchner también le molestará.
Por otro lado, la presión que ejerzan sobre Alberto Fernández será transmitida a Cristina de Kirchner, quien deberá hacer malabares para contener un reclamo tan fuerte como el del Consejo Federal de Turismo y, a la vez, contentar a Ricardo Jaime (y a su marido).
Se vienen días duros para la presidenta.
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