28 abril 2009

La Suma de todas las Ideas (RRHH)

La gestión de los RRHH de una organización no se reduce a la administración de sueldos, beneficios y cuestiones personales de los empleados, sino que hace referencia a la gestión estratégica del capital humano, que en definitiva es lo que determinará el éxito o fracaso de una empresa. En el veloz, cambiante y global mundo actual, la principal ventaja competitiva radica en la innovación constante, y para alcanzarla, los recursos humanos son la clave.

*Por Alejandro K. Mashad

En este marco hay dos aspectos relacionados con el emprendedorismo que son centrales: el emprendedorismo colectivo y el intrapreneurship o intraemprendedorismo.

Hoy, el viejo paradigma estadounidense del emprendedor individual exitoso se volvió obsoleto. Aquel individuo que con una gran idea, mucha dedicación y algo de suerte tenía el éxito asegurado, fue perdiendo terreno. Un puñado desarticulado de grandes emprendedores ya no es competitivo para los niveles de eficiencia e innovación permanente que exige el mundo actual, que requiere del talento, la energía y el compromiso de un equipo de personas. Dado que la innovación debe ser continua e incremental, la misma no es producto de una gran idea, sino de la suma y el perfeccionamiento de un conjunto de ideas diseminadas por todos y cada uno de los niveles de la organización. Todos los trabajadores pueden agregar valor descubriendo oportunidades de mejora continua y reinventando a diario la compañía.

En este contexto, el concepto de intrapreneurship se está volviendo cada día más popular en empresas que desean volverse competitivas o en las que quieren seguir siéndolo. Los intraemprendedores son emprendedores dentro de una corporación, y son los principales impulsores de la innovación dentro de la misma. El intraemprendedor genuino es capaz de generar una visión y posee el valor y las capacidades de realizarla. Estas personas poseen una fuerte iniciativa: hacer, provocar que las cosas sucedan. Esto les hace, también, aprender a superar sus errores y a controlar el riesgo. Es importante destacar que, en algunos casos, la típica personalidad emprendedora contradice los comportamientos paradigmáticos de los gerentes y empresarios tradicionales.

Para una empresa, los beneficios de poner en práctica ambos conceptos son evidentes. Sin embargo, muchas veces las empresas en vez de incentivar estas conductas promoviendo el espíritu emprendedor in company, no generan los espacios necesarios ni promueven una cultura organizacional motivadora, y aquellas personas con las cualidades y capacidades emprendedoras terminan siendo expulsadas de las compañías. Existen infinidad de casos de emprendedores que deciden abandonar su relación de dependencia porque la estructura y cultura de la empresa en la que trabajaban no les permitía poner en práctica sus proyectos.

Justamente, son los directores y altos ejecutivos quienes deben apoyar la innovación interna por medio de sus estrategias, cultura organizacional y personal. Deben tener la suficiente flexibilidad y apertura mental para recoger las ideas de los intraemprendedores, apoyarlas y llevarlas a la práctica. Más aún, la apertura incluso para que éstas se transformen eventualmente en nuevas líneas de negocios de la empresa. Deben permitir y animar a los empleados a iniciar, liderar e implementar nuevas ideas o mejoras en el marco de la organización en la que trabajan. Esto significa desarrollar un tipo de cultura corporativa que ofrece a los empleados la posibilidad de encontrar las oportunidades de innovación y, a la vez, satisfacer sus deseos de sentirse propietarios de sus proyectos profesionales sin abandonar la empresa. Saber identificar a los intraemprendedores potenciales es tan importante como generar un ambiente en que se premie este tipo de conducta.

La estructura de una compañía emprendedora debe ser descentralizada y organizada según criterios de coordinación y comunicación. Cada trabajador debe sentirse realizado profesional y personalmente. Asimismo, debe evaluarse la calidad más que la cantidad de trabajo y tenerse en cuenta el resultado conjunto, retribuyendo con premios tales como profit sharing, gain sharing, performance bonuses para demostrar que el éxito de la compañía es el resultado del esfuerzo de todos.
En pocas palabras, en una compañía emprendedora el rol de un buen líder es esencial para generar espacios, incentivar, retribuir, capacitar y potenciar a cada individuo que compone el capital humano de esa organización, clave para mantener y aumentar la ventaja competitiva global por excelencia: la innovación constante.

Con los nuevos paradigmas de emprendedorismo colectivo e intrapreneurship ganan tanto empresarios como los trabajadores, es decir gana el emprendedor (entrepreneur o intrapreneur), porque si la compañía es exitosa, a todos les va mejor.

*Es director Ejecutivo de Endeavor Argentina
Fuente: ERGO, publicación bimestral de ADRHA

Fuente de Consulta: ITPymes.com

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