El hecho más grave comenzó el jueves de la semana pasada cuando pasajeros de un vuelo de Aerolíneas Argentinas debían embarcar en Miami para volver a Buenos Aires, pero el vuelo nunca salió por "desperfectos técnicos", algo similar a lo que ocurría cuando estaba el Grupo Marsans al frente de la empresa.
Recién 30 horas más tarde (el sábado, pasado el mediodía), llegaron los pasajeros al aeropuerto Ministro Pistarini y descargaron su bronca contra la empresa. "Fue cansador. Estamos muy agotados. Nos dieron hospedaje, pero esto no deja de ser un inconveniente para todos. Yo perdí horas de trabajo, sufrí un perjuicio económico", dijo una de las pasajeras, al descender en Buenos Aires.
Ante varios medios de prensa, esta mujer reveló que en el viaje de ida ya había tenido problemas: "el vuelo se reprogramó para el día siguiente y luego se demoró algunas horas más. Perdimos un día en el destino".
"Me dijeron que me iban a pagar el pasaje de micro a Olavarría y al final nada. Tuvieron que venir mis padres, pagar una noche de hotel en Buenos Aires. Es un gasto doble", fustigó otra de las damnificadas.
Por su parte, otro avión de Aerolíneas Argentinas tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia cuando se quedó sin combustible en su vuelo desde Santiago de Chile.
El incidente trascendió porque el cineasta y ex piloto de aviones, Enrique Piñeyro, lo dio a conocer a un programa televisivo en el que reiteró sus críticas al sistema de control de vuelos que gestiona el ministerio de Defensa.
El caso causó sorpresa en el sector, dado que una de las consideraciones que se tiene con los aviones antes de partir es medir el combustible y tener una reserva amplia, de ser posible, para enfrentar emergencias.
Este tipo de hechos era usual en el proceso de desgaste al Grupo Marsans. La duda que hay en la Torre Bouchard es si fueron verdaderos accidentes o boicots de algunos de los sindicatos, en especial, cuando algunos espacios de gran poder en las cadenas gerenciales no han sido ocupadas luego de los despidos producidos con el cambio de administración.
Además, los problemas aparecen justo cuando el gobierno usa la expropiación de Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas en la campaña electoral. Por ejemplo, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner destacó el viernes, al inaugurar la ampliación del aeropuerto de Ushuaia, la importancia de haber recuperado la aerolínea de bandera.
"La recuperación de la línea de bandera significó agregar un punto más a una actividad económica como el turismo, que aquí, en Ushuaia, es la primera generadora de puestos de trabajo, y la segunda es la industria electrónica", explicó la mandataria.
Pero no todos los gremios del sector aerocomercial están en choque con el gobierno, por ejemplo, el Frente Nacional del Personal Aeronáutico, liderado por el titular de la Asociación del Personal de la actividad (APA), Edgardo Llano, adhirió al acto que se realizó la semana pasada en Luna Park en respaldo del proyecto "nacional y popular" liderado por Cristina Fernández de Kirchner.
El sector adhirió al acto convocado por el Frente Transversal y otras fuerzas sociales y políticas para "fortalecer y defender el actual proceso nacional y popular que impulsan la presidenta de la Nación y el ex Jefe de Estado Néstor Kirchner", informó.
"Los aeronáuticos van por más transformaciones y distribución de la riqueza y, el kirchnerismo, es el que mejor lo expresa, además de tener la fuerza social para hacerlo", dijo Llano.
Agregó el comunicado que "la recuperación de Aerolíneas Argentinas-Austral y la reestatización de la Fábrica de Aviones de Córdoba fueron medidas estratégicas en un momento de crisis internacional" y adelantó que ahora "se discute el futuro de la aviación civil".
Llano se pronunció por "la recuperación de la soberanía aérea y aerocomercial y el desarrollo de Aerolíneas Argentinas para la Nación y el pueblo", en tanto indicó que el gobierno asegura "un Estado nacional con rol protagónico en el diseño de una aviación civil como servicio público estratégico para el desarrollo".
En este marco, queda en claro que Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas tiene por delante más desafíos que la competencia o recuperar mercado: deberán sobrevivir a las internas políticas y sindicales y los proyectos personales y sectoriales.
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