26 febrero 2010

Aprendiendo a pensar...

Se ha dicho que todos poseemos tres capacidades transferibles: capacidad para hablar, capacidad para escribir y capacidad para pensar. La más escurridiza es la de pensar.

Lamentablemente, muchas organizaciones impiden que la gente piense por sí misma. Por ejemplo, si no hay estándares coherentes en toda la organización, los resultados que se obtienen son dispares y se hace más difícil para la gente tomar decisiones por su cuenta. Son muchos los casos de empresas donde, por ejemplo, la gente prefiere aceptar las decisiones que se toman en su nombre para evitar conflicto y no cuestiona malas decisiones que se están por implementar. Hace falta, en cambio, un marco sencillo y coherente para la toma de decisiones que permita a todos pensar como hace falta que piensen. En su libro BusinessThink, Dave Marcum, Steve Smith, y Mahan Khalsa describen cinco estándares necesarios para enmarcar el pensamiento organizacional. A continuación, algunas de sus sugerencias:

1. Deje de apurarse para implementar solución tras solución. Concéntrese, en cambio, en las verdaderas fuentes del problema para generar resultados, no simples soluciones. Por ejemplo, asegúrese de definir el problema con precisión antes de lanzar algún gran proyecto.

2. Asegúrese de tener pruebas concretas sobre la existencia de un problema. Por ejemplo, trate de mensurarlo para hacerlo visible y decidir su alcance.

3. Cuantifique su solución mediante alguna forma de análisis como ser un caso al que le considera todos los ángulos. Los verdaderos costos de lanzar una solución pueden exceder los costos de ignorar el problema.

4. Llegue a la raíz del problema. Muchas empresas apagan incendios o tapan filtraciones en la organización sin llegar a la causa. Elimine la fuente y deje de tratar los síntomas.

5. Permita que los empleados exploren y déjelos meter la nariz en las cosas que tal vez no sean su responsabilidad directa. Al darles la oportunidad de hacer preguntas sobre cosas nuevas, el cambio se vuelve más fácil de implementar para la organización. En realidad, al permitirles entrar en nuevos territorios, usted abre más posibilidades que, a su vez, conducirán al cambio.

Pensar es comprender a los empleados y eliminar impedimentos organizacionales que los obliga a actuar y comportarse fuera de la norma. Pensar exige también igualizar a todos para que ya no importe de dónde viene la idea si es la correcta. Pensar implica hacer un análisis de todo lo que hay antes de comprometer recursos de la organización.

A menudo las organizaciones se resisten a estos “enfrentamientos con la realidad”. Según Jim collins, autor de Good to Great, los egos gerenciales son una de las razones por las que las buenas empresas nunca llegan a ser grandes

Fuente de Consulta: Revista Mercados

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