03 septiembre 2008

Aerolíneas Argentinas: Es Nuestra, ¿Y Ahora Qué?

Como era de prever, el Senado aprobó por mayoría el proyecto de reestatización de Aerolíneas y Austral elevado por el Poder Ejecutivo y modificado por Diputados para que fuera digerible, especialmente para los legisladores oficialistas.

Aerolíneas Argentinas se convierte, a contramano de lo que ocurre en todo el mundo donde las empresas de distintos países se unen para subsistir, en una de las pocas aerolíneas estatales del planeta.
El debate que duró tres semanas y puso en evidencia el pobre nivel de conocimiento de los diputados y senadores sobre lo que se estaban discutiendo, poco aportó para el futuro de la empresa.
También sería un error suponer que con esta votación habrá quedado cerrado el debate. Falta, por ejemplo, definir cuanto, cuando y de qué manera se pagará la deuda contraída, que en buena medida ya comenzó a pagar el gobierno. Lo único que queda claro es el "quien" habrá de pagarlo. Tampoco se definió el rol que tendrá Aerolínea, y mucho menos el futuro de Austral.

Por lo que parece - muchos diputados y senadores votan la estatización bajo la promesa de tener más vuelos a sus provincias - tendría un importante papel como empresa de fomento con la obligación de cubrir todo el país, no importa a que costo y si quienes la utilizan solo representan un porcentaje mínimo de la población.
Tampoco cual será el rol de la competencia. ¿Lan, Andes, Sol y las que vengan, deberán competir con recursos propios y limitados contra una empresa subvencionada, cuyo dueño, el Estado, pasa a ser juez y parte?

¿Qué sucede si el gobierno fija tarifas por debajo de los costos de explotación, total Aerolíneas tiene siempre el recurso de recurrir al Estado?

Argentina ya vivió esta experiencia. Es cierto que el Congreso ya no es una simple escribanía que convalida lo decidido por el Poder Ejecutivo. Ahora hubo debate y hasta el gobierno tuvo que resignar artículos en el proyecto que antiguamente hubieran sido inamovibles. Pero es evidente que continúa vigente la obediencia debida.
De discutir una política aerocomercial que busque el desarrollo de la industria, nada. Ni una palabra. Tampoco ni una palabra de cómo se habrán de resolver los problemas derivados de esta virtual expropiación, pese a que se había firmado un contrato de compra venta con el Grupo Marsans.
Diputados resolvió el tema muy rápido y los senadores lo convalidaron: para el Congreso el Acta Acuerdo firmado entre el Gobierno y Marsans no existe. Pero para los españoles y posiblemente para los tribunales internacionales, si.

Fuente de Consulta: Aviación News

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