Mientras en Buenos Aires se discute la reestatización de Aerolíneas, el Consejo de Administración de Alitalia se presentó ante la justicia para declarar el estado de insolvencia y pedir su intervención. La aerolínea italiana tiene un deuda de 1.200 millones de euros y declaraba una pérdida diaria de 3 millones (desde enero la empresa reconoce un rojo de 805 millones de euros).
Con esta medida, más una nueva ley de quiebra aprobada esta semana por el Parlamento, el Gobierno Italiano allanaba el camino para que un grupo inversor compuesto por 16 grandes empresarios dispuestos a invertir en conjunto 1.000 millones de euros se hagan cargo de su salvataje.
El plan ideado, llamado Fénix, contempla la división de la compañía en dos empresas, una de las cuales se quedaría con los sectores rentables, en tanto que la otra sería puesta bajo el paraguas de la Ley de Quiebras.
Compañía Aérea Italia, tal el nombre de la nueva empresa, nacerá saneada y será más chica. Reducirá en un 36% su flota y en un 28% sus destinos. Será una empresa con presencia dentro de Italia, el Mediterráneo y Europa, aunque reducirá notablemente sus vuelos intercontinentales.
De los 20.000 empleados que reúnen Alitalia y AirOne - empresa de uno de los nuevos socios que se fusionaría - unos 6 mil podrían quedar en la empresa residual recibiendo un "amortiguador" social durante siete años.
Roberto Colaninno, quien se da por descartado que será el primer presidente, manifestó que es indispensable contar con un socio extranjero para que la aerolínea italiana tenga un futuro viable. Tanto Air France-KLM como Lufthansa han manifestado su interés por ingresar como socios minoritarios en la nueva sociedad.
Fuente de Consulta: Aviación News
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