15 octubre 2007

Día de Acción del Blog: Tema "Medio Ambiente"


¿Cuál es el sentido de incorporar la Educación Ambiental a la Ley de Educación ?

No basta con la Educación Ambiental si no hay un correlato a nivel de gestión ambiental en otros ámbitos de interacción que la sociedad tiene con la naturaleza, en el edificio y la infraestructura escolar, pero también en el espacio publico urbano y en el control del funcionamiento de procesos productivos, entre otros.

Educación y gestión ambiental son un complemento que se referencia constantemente.

Esto decía el brasileño Lutzenberguer en 1976, justo cuando Argentina entraba a una de las etapas mas oscuras de su historia, hace ya treinta años: “Nuestro país y todos los países, se encuentran frente a una encrucijada: proseguir todavía por un tiempo mas, la aventura del desarrollismo utópico basado en la conquista de la naturaleza y en la ilusión de una abundancia para todos, o adoptar en adelante un modelo de vida humanamente mas solvente y ecológicamente sostenible, en armonía con las leyes de la naturaleza y con las aspiraciones de nuestros descendientes. Hasta ahora consideramos el “progreso” y “desarrollo” como nuestra meta suprema, sin darnos cuenta de que nos engañamos, al sustituir la meta suprema por el medio: ¡el desarrollismo utilitario no representa meta humana alguna! Si insistiéramos en el equívoco, la crisis económica, social y cultural no tendría fin y lo único permanente serían nuestras frustraciones.”
“De continuar la actual ceguera ambiental y la explotación irresponsable de nuestro otrora pródigo medio natural, no podrán evitarse calamidades de magnitud nunca vistas. Solo una transición lapida hacia actitudes fundamentalmente nuevas, de respeto e integración ecológica, podrá todavía obviar el desastre. Nos encontramos en una divisoria de eras. Nuestra época entrara en la historia, si damos oportunidad a la historia, como umbral de una nueva edad. La calidad de la vida en esta nueva edad dependerá de nuestro comportamiento actual y de las actitudes que sepamos inculcar a la juventud”. Nuestro continente, a pesar de hallarse seriamente dilapidado aún reúne condiciones de recuperación. Todavía nos es posible, sin sacrificios desmedidos, una transición a equilibrios permanentemente sustentables entre civilización y ambiente natural, pero el tiempo para ello se acorta. Las fuerzas de la destrucción no se inhiben, su agresión no conoce límites...
[El objeto del ecologismo] es hacer pensar, promover la discusión, el lenguaje es deliberadamente directo. Siempre nos acusaron y nos seguirán acusando de radicales, de líricos cuando no de apocalípticos. Apenas somos realistas. Y la realidad es grave.
Nuestra intención no es ofrecer un recetario detallado de soluciones para la crisis ambiental, cosa imposible y sin sentido. Queremos señalar nuevos rumbos que pueden guiarnos hacia las soluciones que resultarían del nuevo paradigma, del nuevo modelo mental que procuramos transmitir.”

1976!!, un discurso perfectamente actual lo cual habla sin duda del pensamiento avanzado de Lutzenberguer aunque no fuera el único, pero habla mas de la omnipotencia humana que treinta años después solo recoge los frutos de su negligencia.


“[Porque] la negligencia oficial parece incapaz de comprender que de muy poco sirven ciencia, técnica, ley y administración, si no se ha inculcado en la población el conocimiento mas exacto de la relaciones de interdependencia del hombre con su medio ambiente natural.

Ese conocimiento constituye la base indispensable para la formación de una conciencia, inspirada fundamentalmente en un legitimo sentimiento de respeto por todas las manifestaciones de la vida, como nueva ética de nuestras relaciones con la naturaleza y también como fundamento de un nuevo humanismo, capaz de imponer una muralla insalvable a ciertos monstruosos desbordamientos de la tecnología”. (Arturo Eichler y A. J. Uzcátegui Burguesa, prologo al “Manifiesto Ecológico” de Lutzenberguer, ED. Universidad de Los Andes- Mérida-Venezuela, 1978)


Ahora parece obvio que la EA forme parte de una ley de educación. Sin embargo hasta ahora eso no había ocurrido. La EA comenzó a ser incluida, en Argentina, en diferente forma y con distinto énfasis, desde la reforma constitucional de 1994 en las leyes que regulan el manejo del ambiente, pero no en las de educación.

La anterior ley federal de educación solo abrió espacios para la incorporación de contenidos mas actualizados sobre algunos temas y aspectos del impacto ambiental de los procesos tecnológicos y algún aggiornamiento de los enfoques científicos sobre el ambiente mas centrados en el aprovechamiento de los recursos naturales que en la defensa del patrimonio ambiental, y prevaleciendo una mirada todavía muy sesgada desde las ciencias naturales, con escasa participación de enfoques sociales.


Y hay que decir que la nueva ley nacional de educación, si bien reconoce la necesidad de la EA aún mantiene prácticamente esa mirada desarrollista, tecnológicamente optimista que apuesta al crecimiento económico como formula de mejoramiento tanto de las condiciones ambientales, como del bienestar y la calidad de vida.

Una postura que lejos de considerar y enfocar críticamente los riesgos derivados de los procesos tecnológicos, simplemente propone acompañarlos, asumiendo la necesidad de prevenir el impacto ambiental.

Tampoco propone conceptos que ayuden a estructurar el campo de la EA en el marco de la educación nacional y no propone ubicar la EA claramente en espacios estratégicos de la estructura educativa de manera tal que pueda, desde allí, difundir una tendencia ambientalizadora.


Tampoco se propone ningún mecanismo concreto de articulación del enfoque de la EA con la construcción curricular.


En rigor de verdad la Ley Nacional de educación parece incluir la Educación Ambiental más como un compromiso de actualidad que como resultado de la convicción real de su necesidad. Lo que responde así mismo a un modo diferente de evaluar la problemática ambiental en general y en particular de la Argentina.

Tenemos que...“responder a las interpelaciones de los tiempos que vendrán…”, se hace referencia a “la inescindible vinculación entre el sujeto social y la protección del medio ambiente”, y se propone que “actualmente es necesario agregar al discurso pedagógico la categoría de sustentabilidad, reconociendo en el momento histórico actual una bisagra entre épocas: El pensamiento científico y social construido hasta ahora, a la vez que exhibe una inédita creatividad y potencialidad, se muestra incapaz de garantizar el sostenimiento indefinido de los procesos ecológicos, el derecho a la vida de todas las especies y el desarrollo humano con justicia y dignidad”; pasando por los Principios Generales: “La educación es una prioridad provincial y una política de estado para…fortalecer el desarrollo económico social sustentable de la provincia en el país”; y en los Fines y Objetivos de la Política Educativa: “valoración y preservación del patrimonio natural y cultural” , “desarrollar una educación que posibilite la autodeterminación y el compromiso con la defensa de la calidad de vida, el aprovechamiento sustentable de los ecosistemas y la concientización de los procesos de degradación socio ambiental”; hasta el capitulo de la Modalidad y lineamientos que orientan entre otros, por ejemplo, a la gestión de la infraestructura escolar.

Tenemos la obligación de establecer líneas de dialogo y modalidades de articulación, no siempre sencillas pero siempre constructivas, con otras áreas y niveles del sistema educativo y con otras organizaciones sociales y gubernamentales, en el esfuerzo por construir un enfoque transversal (no un contenido) que permée a todos los actores del sistema educativo y hacia fuera, y abrir a la vez, el campo de la educación ambiental al debate pedagógico y social.-

Autor: Pablo Sessano es coordinador del equipo técnico de la Dirección de Gestión Educativo Ambiental

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