15 octubre 2007

Para ir pensando en como reemplazar a los CRECE con "Angeles Inversores"


Sabemos que el programa de asistencia financiera (CRECE), con buenos resultados a la vista (al menos por ahora), es una de las iniciativas más logradas del Gobierno saliente.

De todas maneras, se impone continuar con el lineamiento de una cultura productiva y emprendedora, sin descuidar el monitoreo para asegurar el recupero de los créditos otorgados.
Basta recordar, los tristemente célebres PRODEFU para no repetir los errores.

Sin dudas que hay muchas alternativas y en este caso me permito recrear una nota publicada en Clarin el año pasado.

Aquella Nota decía que los nuevos emprendimientos difícilmente acceden a financiamiento tradicional: no pueden demostrar un historial, no poseen activos que respalden créditos, y los bancos no están estructurados para asumir el riesgo natural de todo emprendimiento naciente.
Así aparece la figura del Business Angel o "Inversor Angel", que no son banqueros ni fondos de inversión, sino ciudadanos que han alcanzado éxito en su carrera y un determinado patrimonio, y deciden asignar una parte a inversiones innovadoras y nacientes a cambio de una participación accionaria.

Su aporte no se limita al financiero sino que aportan tiempo, saber, contactos y experiencias, todo lo cual potencia las probabilidades de éxito. Los Inversores Angeles, al ser simples ciudadanos, son difíciles de ubicar, lo que limita su acceso y por lo tanto su alcance. A su vez, el inversor tiene dificultad de acceder a una suficiente cantidad de proyectos con la calidad adecuada para decidir su inversión.

Por esas razones, en el Centro de Entrepreneurship del IAE, la Escuela de Negocios de la Universidad Austral, se fundó en el 2005 el primer Club de Business Angels de Argentina.

Es una asociación civil integrada por antiguos alumnos del IAE.

Hoy agrupa a 60 inversores dispuestos a co-invertir.
Les da la posibilidad de acceder a un importante flujo de proyectos, les permite complementar perfiles, compartir experiencias y riesgos, y diversificar sus inversiones.

Así, el emprendedor dispone de una organización "visible" y ejecutiva a la que puede acudir en busca de financiamiento y apoyo, democratizando de esta forma el acceso al capital, ya que solo depende de su profesionalismo y de la calidad de la propuesta para hacerse del capital necesario y hacer realidad su sueño.-

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