El Turismo como cuarto generador neto de divisas, es vital para el desarrollo de otras actividades profesionales exportadoras, como la salud y la capacitación
En la Argentina, la cuarta industria exportadora ya es el turismo, que generó un ingreso de divisas de u$s1.168 millones y un egreso sustancialmente menor, con apenas u$s383 millones, durante el primer semestre del año. Además, durante el mismo período ingresaron al país 885 mil turistas extranjeros, lo que implicó un aumento superior al 11% respecto de los seis primeros meses de 2005.
También, el crecimiento proyectado del 10% para este año, estará sustentado en inversiones desde el sector público por u$s1.400 millones, el triple de lo invertido durante el año pasado. Así, la importante reducción de turistas extranjeros más la recuperación de los servicios exportados generaron que el saldo de la cuenta viajes deje de ser deficitario, como lo fue históricamente.
“Para nuestra satisfacción, en el exterior recomiendan a la Argentina por sobre todos los destinos de Latinoamérica”, sostuvo Enrique Meyer, secretario de Turismo.
De hecho, “recientemente, Buenos Aires fue elegida el mejor destino turístico de la región y fue ubicada entre las diez mejores ciudades a nivel internacional por una de las publicaciones especializadas en turismo más prestigiosas del mundo”, agregó.
Según Meyer, “el actual tipo de cambio favorece la llegada de turistas extranjeros al país. Sin embargo, sin una política de Estado para el turismo esto sería una cuestión coyuntural”.
En ese marco, el funcionario explicó los avances logrados.
“En 2003, se lanzó el Plan Estratégico de Turismo, proyectado a diez años y tiene como fin hacer cada vez más competitivo al sector”, explicó.
¿De qué manera?
“Trabajando sobre cuatro ejes:
la sustentabilidad de recursos turísticos; la promoción turística; una estrategia de sustento jurídico y lo que denominamos Estrategia Marca País (EMP), diseñada junto con Cancilllería”, sostuvo Meyer.
Para ello, agregó: “La Sectur reelabora en forma constante el diseño de los programas de formación y capacitación, para tener cada vez mejores profesionales y lograr de esa manera una continua mejora en la prestación de servicios”.
Multiobjetivo
Sin embargo, lo que termina por consolidar al turismo como una actividad estratégica es lo que los especialistas llaman el “efecto derrame”.
Esa situación se genera sobre otras actividades, ya que el turismo también responde a un esquema de sinergias y retroalimentación entre otras prestaciones.
Así es como ya se habla de “turismo estético”, “turismo educativo” o “turismo de capacitación”.
En este contexto, la Argentina participa anualmente en 180 ferias internacionales y locales para difundir de manera conjunta, atractivos turísticos y otros servicios ventajosos por el tipo de cambio.
De hecho, en la última misión que el canciller Jorge Taiana encabezó a Australia, se le dio especial importancia a los servicios educativos.
Según Luis María Kreckler, subsecretario de Comercio Internacional, “a esta misión fuimos con cuatro universidades: la UCES, la UCA, la de La Plata y el Centro de Idiomas de la UBA.
El objetivo fue fomentar a la Argentina entre los países angloparlantes como una opción de buen nivel para estudiar idiomas y mucho más económica que otros destinos, como el caso de España”.Con respecto a la capacitación, para Meyer, además, “la realización de seminarios y congresos influye cada vez más en el desarrollo de nuestro sector. Cada turista de negocios o congresos gasta casi tres veces más que el turista vacacional, y esperamos un crecimiento de la actividad en este segmento del 15%.
No podemos afirmar aún que la Argentina sea hoy un hub a nivel regional, aunque estamos trabajando para poner en el escenario mundial nuestra alternativa”.
Por otra parte, para Hugo Sartor, director Nacional de Promoción del Turismo, “aún no hay datos precisos de cuántos de los turistas que vienen del exterior también lo hacen para obtener otros servicios, pero no hay duda de que el tema del idioma y la salud están en franco crecimiento”.
Estética
Justamente, la Argentina concentra casi el 9% del mercado mundial de las intervenciones, según un estudio de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica.
Esto permitió que el país pasara del octavo al quinto puesto. Y la fórmula costo-calidad, al igual que en otros sectores, vuelve a repetirse: las ventajas por el tipo de cambio y los buenos recursos profesionales son motores de la exportación.
Según Marcelo Bernstein, miembro titular de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica Estética y Reparadora, y de la Federación Iberoamericana de Cirugía Plástica y Reconstructiva, “la cantidad de extranjeros que vienen al país a realizarse prácticas quirúrgicas aumentó notablemente. Si bien antes de la devaluación operaba a muchos pacientes del exterior, esto no tiene comparaciones con lo que sucede hoy”.
Así es como, según el especialista, “hoy, tres de cada diez pacientes son extranjeros, mientras que antes del año 2002, uno de cada 15 venía de afuera. En mi caso, son en su mayoría de países como Chile y de España, también vienen de Estados Unidos y de Israel”.
Según Bernstein, “hay una práctica muy difundida de captar clientes vendiéndoles paquetes turísticos, pero es algo que no comparto porque hay que evaluar la recuperación luego de una operación”.
A la hora de consultarlo sobre las claves para potenciar una estrategia de internacionalización, el especialista recalcó que “la difusión se puede hacer de muchas formas, pero la única manera de mantenerse en esta actividad es hacer un buen trabajo y que luego te recomienden. La exportación de este servicio es muy particular y no hay otro modo de sostenerla en el tiempo”.
Esta nota fue extraída de la revista Infobae Profesional distribuida sin cargo junto con el diario INFOBAE (Juan Diego Wasilevsky)
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