Los subsidios siguen en ascenso. Pero este año, con todo, ha sido menos vertiginoso que el de años anteriores. El Gobierno logró recortar los subsidios a la energía debido, principalmente, a la caída del nivel de actividad y a las subas de las tarifas. Pero no logró contener las transferencias para el transporte, las compensaciones destinadas a contener las subas en los precios de algunos alimentos básicos y los giros para fondear a empresas públicas.
Aerolíneas Argentinas, cuyo control el Gobierno retomó hace poco más de un año, recibió entre enero y junio $ 1205,2 millones del Tesoro, una suma equivalente a $ 6,7 millones por día. Esos fondos permitieron cubrir las pérdidas de la empresa, aunque también se destinaron a financiar inversiones, como la compra de aviones, justifican en el Gobierno.
Las transferencias para la línea aérea de bandera, que en el primer semestre de 2008 habían sido de sólo $ 1,3 millones, prácticamente igualaron todo lo ahorrado en los subsidios a la energía. Estos disminuyeron en la primera mitad del año en $ 1389 millones, una caída del 17% respecto del mismo período de 2008.
Estas cifras surgen del último informe de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP). El trabajo destaca que el gasto global en subsidios tuvo este año "una importante desaceleración respecto de la tendencia de los últimos dos años, cuando crecía a tasas superiores al 100 por ciento".
En total, los pagos para evitar subas adicionales en las tarifas energéticas y del transporte en el área metropolitana, contener las subas en los precios en alimentos como pan, fideos, leche y carne, y financiar empresas públicas, entre otros fines, sumaron $ 15.242,3 millones en el primer semestre. Ese monto supera en un 24% el del mismo período del año anterior. Ese número, vale aclarar, no cubre todo el universo de subsidios que paga el Estado.
Los pagos para transporte, que incluyen las transferencias para Aerolíneas Argentinas, crecieron un 119% en la primera mitad del año. Los giros para compensaciones se incrementaron un 58%, mientras que los pagos a empresas públicas se elevaron un 90% en relación con el primer semestre de 2008. Más allá de las diferencias en las variaciones, los subsidios para energía siguen siendo los más significativos.
No son tiempos de abundancia para la caja fiscal. Aun así, la chequera estatal se las ingenia para ser generosa. El menor ritmo de aumento en los subsidios totales fue parcialmente compensado, según señala ASAP, por el incremento en el gasto en obras públicas, remuneraciones y prestaciones de la seguridad social.
En junio, en la antesala de las elecciones, las transferencias a las provincias para gastos corrientes subieron un 144,6%, mientras que los giros para obras públicas -alimentados en parte por la coparticipación de un porcentaje de los ingresos de las retenciones a la soja-, subieron un 377,3% en relación con el mismo mes de 2008.
El informe de ASAP recuerda que ambos giros "tuvieron un nivel de ejecución especialmente bajo" en junio de 2008, cuando las provincias fueron la variable de ajuste ante el freno que sufrió la recaudación impositiva por el conflicto con el campo.
El desfase entre el alza de los ingresos y el ritmo de crecimiento de los gastos se amplió a lo largo del primer semestre. Los recursos totales, incluidas las transferencias de utilidades del Banco Central -que les aportaron $ 3000 millones a las arcas del Tesoro-, sumaron $ 116.505 millones, un 12,2% más que en la primera mitad de 2008.
En el mismo período, el gasto primario alcanzó los $ 109.333 millones. La suba respecto del primer semestre del año anterior fue del 30,1%, más del doble que la de los ingresos. La aceleración fue progresiva: en junio, el alza interanual llegó al 42,1 por ciento.
Todo esto llevó al gobierno nacional de vuelta al déficit. El resultado financiero (ingresos menos gastos, incluidos los pagos de la deuda) pasó de un saldo positivo de $ 13.385 millones en la primera mitad de 2008 a un déficit de $ 1735 millones este año. Si se descuentan las utilidades del Banco Central, el rojo se amplía hasta los $ 4735 millones.
LA NACION
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