El argumento del gobierno fue que había que recuperar a la empresa para evitar un caos en el transporte.
- Para evitar un caos en el transporte, más que estatizarla o dejarla en manos de los españoles, la clave estaba en dejar que quienes tuvieran capacidad para prestar el servicio lo hicieran. El caos del transporte lo puede crear, por ejemplo, una huelga del personal de Aerolíneas. Se lo hicieron a los españoles. Tal vez durante un tiempo no lo hagan con el Estado, hasta tanto les den las prebendas que exijan.
Yo me acuerdo como si fuera hoy la huelga que hicieron durante el gobierno de Alfonsín. Yo estaba organizando un congreso internacional de econometría en Córdoba. Tenían que llegar 155 personas del exterior a Córdoba, para lo cual tenían sus pasajes pagados. El presidente de Aerolíneas en ese momento era Domingorena. El personal de la empresa le declaró una huelga, que duró 45 días, durante los cuales quedó paralizado el transporte aéreo. Yo tenía dos alternativas: o suspender el congreso, o seguir adelante. Terminamos recibiendo a la gente que llegaba a Ezeiza por distintas líneas extranjeras, y llevándolos en ómnibus hasta Córdoba. Mucha gente, al enterarse de la situación, canceló su participación. Uno de los economistas que concurrió fue Rudy Dornbusch, que en ese congreso dijo “el Plan Austral se está derritiendo”, cosa que enojó a muchos miembros del gabinete de Alfonsín. Pero la sensación que se llevaron muchos de los participantes del congreso es que la Argentina era la que estaba en crisis, y una de las manifestaciones más claras era el caos que significaba que durante 45 días no había habido transporte aéreo.
Por eso, sostener que esta estatización va a resolver un problema de comunicaciones y transporte es un error.
- Aunque con matices distintos al caso de Aerolíneas, otra empresa que se reestatizaría sería la Fábrica de aviones de Córdoba. ¿Por qué cree usted que en su momento convenía privatizarla?
- Yo nunca me ocupé de ese tema, porque no era de la órbita de mi ministerio, sino de Defensa. Yo quería que se privatizaran, porque eran empresas muy mal manejadas, pero no tenía confianza en cómo se hacía. Por eso no alenté la privatización de los aeropuertos mientras yo estuve, porque sabía que se iba a privatizar mal. Incluso más, yo denuncié el ingreso de Yabrán a negocios manejados desde Defensa.
Cavallo y los aviones
- ¿A usted le gusta volar?
- Cuando vuelo, es como si estuviera en un auto, un ómnibus o un tren. Me siento tranquilo.
- ¿Recuerda cuándo fue su primer viaje en avión?
- Sí, fue por Austral, en un BAC 1-11, en una oportunidad que vine a Buenos Aires desde Córdoba. Fue en 1968, creo. Yo era técnico de la Secretaría de Transporte y Turismo de Córdoba, y el director de Transporte y Turismo tenía que venir a discutir un tema de desregulación del transporte. Entonces me pidió que lo acompañara a esa discusión. En ese momento tenía 22 años de edad.
- ¿Recuerda alguna sensación especial en ese momento?
- No, fue muy agradable. Me parecieron muy buenas mozas las azafatas, y cuando daban las instrucciones previas al vuelo eran casi como artistas que representaban un número. Fue muy agradable el viaje.
El primer viaje internacional lo hice por Alitalia en 1971. Yo era director del Banco de la Provincia de Córdoba, y tuve que ir a Roma. Ese vuelo hacía escala en Dakar.
- Actualmente, ¿cuánto vuela por año?
- Un montón. He acumulado cientos de miles de millas. Empecé a viajar mucho desde el ’77 o ’78, después de volver de los Estados Unidos, cuando se formó la Fundación Mediterránea. Empecé a participar bastante en conferencias y seminarios, y también viajaba para trabajar por algunos meses fuera del país. También viajaba casi semanalmente a Buenos Aires, así que ya desde aquella época viajaba mucho. Más adelante, como Canciller y como Ministro de Economía, viajar era una constante. Incluso después de salir de esas funciones, casi siempre los ingresos que generé fueron dando conferencias en el exterior, por lo que tengo que viajar muchísimo.
- ¿Hay alguna ruta que haga más que otras?
- Viajo por todo el mundo, aunque a Estados Unidos voy más por cuestiones de trabajo.
- ¿Cuál es el mejor servicio que recuerda haber tenido en una línea aérea?
- Un servicio que me pareció excelente fue el de Qantas. En general, varias aerolíneas asiáticas –recuerdo a Singapore, por caso- me dieron un servicio muy bueno. En los últimos tiempos, también Air France y British Airways.
Lo que noto es que los servicios entre una y otra empresa se parecen cada vez más en cuanto a la calidad. Me da la impresión que antes se diferenciaban más entre ellas. Normalmente viajo en Business, y en casi todas las empresas es un servicio cada vez más cómodo.
- ¿Elije a alguna línea en especial?
- No, tengo millas acumuladas en casi todas… Busco siempre los vuelos que sean más directos, o que se adapten más a los horarios en que tengo que viajar. En poco tiempo más, por ejemplo, tengo que viajar a Kuwait, y la alternativa más directa que encontré es por Lufthansa. La segunda mejor combinación me dejaba 15 horas más de esperas en aeropuertos.
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