Energía, transporte y obra pública fueron los más beneficiados; Aerolíneas Argentinas recibió $ 347 millones
Una vez más, las prioridades y las urgencias de la administración Kirchner quedaron expuestas en un movimiento presupuestario.
Mediante una serie de adecuaciones en las partidas, el Gobierno reforzó las cuentas destinadas a los planes de vivienda y les concedió más fondos a las que están destinadas a subsidios al transporte y a la energía.
Con la ayuda de los superpoderes, el jefe de Gabinete, Anibal Fernández, firmó la decisión administrativa 168, que contiene movimientos por $ 2519 millones. El resultado neto fue una ampliación del presupuesto de la administración nacional en $ 507 millones.
Según un informe de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) difundido ayer, "los créditos para gastos corrientes y de capital del Ministerio de Planificación presentan incrementos por $ 2519 millones y reducciones por $ 620 millones, resultando un incremento neto de $ 1899 millones".
El reparto de dinero tuvo ganadores y perdedores. Los que más se llevaron fueron los programas de vivienda y de obras públicas, que sumaron 1203 millones de pesos. Sucede que desde unos meses antes de las elecciones, los pagos en ese sector se estancaron. Desde entonces los reclamos de los constructores se hicieron escuchar en los despachos del Ministerio.
Los fondos destinados a los subsidios también debieron ser aumentados. Los que se aplican en el sector energético -que se destinan a comprar combustibles líquidos para reemplazar el cada vez más escaso gas natural- aumentaron 829 millones de pesos.
También hubo que reforzar el dinero destinado a subsidiar al transporte de pasajeros. Pese a las promesas de reducir los giros a los transportistas, hubo que destinar 444 millones de pesos adicionales, a cambio de mantener congeladas las tarifas.
También se giró dinero adicional para la Comisión Nacional de Comunicaciones (40 millones de pesos) y para la Dirección Nacional de Vialidad (3 millones de pesos). Por otra parte, mediante la resolución del 27 de agosto se reforzó el presupuesto de Energía Argentina (Enarsa), que recibió 43,7 millones de pesos.
Cammesa -la empresa que maneja la compra de combustibles alternativos para generar energía- recibió 746 millones de pesos. A su vez, se reservaron 828 millones de pesos para destinarlos al pago del inicio de las obras de ampliación de las redes eléctricas de alta tensión. La construcción de 1200 kilómetros de red fue adjudicada a los consorcios Intesar (de la cordobesa Electroingeniería) y Limsa (integrada por las constructoras locales Iecsa y Cartellone).
Pero el dinero no alcanza para todos. Entonces, según lo que surge de las 503 hojas que forman el anexo de la resolución, hubo que ceder terreno en otras obras que siempre fueron destacadas como prioritarias para el ministro Julio De Vido: Atucha II y Yacyretá. La compañía que gerencia la construcción de la central atómica -Nucleoeléctrica- restó de su presupuesto 450 millones de pesos, mientras que la hidroeléctrica binacional perdió el 41% de los recursos con los que contaba para terminar la obra este año: 529 millones de pesos.
Aerolíneas Argentinas, una de las nuevas estrellas a la hora de la asignación de fondos frescos, recibió 347 millones de pesos, mientras que el Fondo Fiduciario del Sistema de Infraestructura del Transporte -que paga los subsidios a los colectivos urbanos- recibió 231,4 millones de pesos, de los cuales 122 millones serán destinados a la puesta en marcha del Sistema Unico de Boleto Electrónico (SUBE).
"Sin embargo, estos aumentos no llegan a equiparar las reducciones en las partidas destinadas a los concesionarios de trenes y subtes (135 millones de pesos) y de las sociedades del Estado Administradora Ferroviaria ($ 337 millones) y Operador Ferroviario ($ 155 millones), resultando una baja de 48 millones de pesos en los créditos vigentes para subsidiar al transporte", dice el informe de la ASAP.
Fuente: La Nación
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