10 septiembre 2009

Tiempos dificiles para Aerolíneas Argentinas y frente de tormenta

Hay funcionarios en el gobierno que están cansados de Jorge Pérez Tamayo.

Hay pilotos dentro del plantel de Aerolíneas que cuestionan el accionar y el fundamentalismo del piloto/gremialista, pero no se atreven a sacar los pies fuera del plato.

Los telegramas de despido esta semana a los pilotos que aún permanecían en la empresa después de atreverse a desobedecer una medida de fuerza del gremio en diciembre del 2005, es un mensaje muy convincente.

Los demás gremios, con excepción de APTA y UALA, también le temen por lo que lo acompañan pero no se comprometen demasiado. Apoyan la estatización pero no las piedras en el camino al proceso de recuperación de la compañía. Para los empleados con un poco de memoria, Pérez Tamayo es hoy hacia Marsans y el gobierno de los Kirchner lo que en el 2001 fue Cirielli para la SEPI en retirada y el gobierno radical.

Una semana atrás, antes del mediático AR 1134, APLA había convocado a APA, AAA y UPSA a una reunión en la sede de los pilotos para discutir la situación de la empresa. El comunicado que emitió APLA después de la reunión atacando a Cirielli -como si hubiera sido el único tema en la agenda- no conformó a los otros gremios que no habían sido consultados sobre el comunicado. Inclusive Pérez Tamayo había invitado a Juan Pappalardo, ex secretario general de APTA, mientras Cirielli era subsecretario de Transporte y ahora su enemigo número uno, sin consultarlos.

Los otros gremios, que no quieren aparecer tampoco abiertamente enfrentados a Cirielli, se opusieron a la presencia de Pappalardo por lo que éste debió conformarse con seguir la reunión desde la platea y sin pronunciar palabra.

Después de los reclamos de Recalde, Juan Pablo Schiavi y De Vido por los errores y negligencias del AR 1134 y de una dura charla telefónica entre el gerente general y Pérez Tamayo, la dirección de APLA convocó de urgencia a los pilotos a una "reunión informativa" en la sede del gremio. Arrancó advirtiendo que hay una campaña política contra APLA para luego describir la empresa "como un quilombo", "con gente en el gobierno que la quiere reprivatizar" y con "graves problemas de mantenimiento". "Hay que preparar cascos y cascotes porque se viene lo peor", amenazó Pérez Tamayo. También aseguró que espera ansioso a Recalde -en ese momento firmando el contrato de los Embraer en Brasil- para hacerse oír.

El piloto intentó, después, minimizar algunos de sus comentarios y desmentir que haya amenazado con medidas de fuerza encubiertas, pero había demasiados testigos en la reunión. Mientras tanto Recalde y De Vido salieron a afirmar vía Telam que las relaciones con los gremios son excelentes. ¿Estarán viendo otro partido?

Fuente de Consulta: Aviación News de Santiago García Rúa


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